Indicadores de Ciencia y tecnología e innovación

Sabemos muy poco, pero es impresionante que sepamos mucho y aún más impresionante que tan poco conocimiento nos pueda dar tanto poder[1]. Esta frase la escribió el matemático Bertrand Russell hace casi 100 años. Su precisión es casi tan perfecta como su abstracción; su inspiración se materializa en la necesidad y la voluntad de trabajar en pro de la ciencia. No habría semáforos sin algoritmos matemáticos, aviones sin físicos, longevidad sin ciencias médicas y mucho menos habrá sueños realizados en nuestro futuro social sin el apoyo de y hacia la ciencia. Las instituciones, entendidas bajo la visión de T. Veblen, tienen en esto una gran responsabilidad: los gobiernos, las instituciones educativas, las familias y al final de todo, el individuo reúnen una responsabilidad hacia la sostenibilidad de su entorno. No podemos transformar sin entender, pero tampoco podemos entender sin medir y estudiar.
Hoy es un honor y un orgullo presentar este boletín de indicadores de Ciencia, Tecnología e Innovación de nuestra querida Bogotá. Sin duda, que la capital agrupe un cuarto del valor agregado nacional es importante, pero Bogotá guarda algo más especial, i.e. esa resiliencia combinada con creatividad y potencial intelectual que nos puede ayudar a construir una mejor sociedad. Queremos más empleo, una sociedad sin violencia y muchas otras cosas, pero quizá olvidamos que la ciencia es uno de los más grandes aliados de estos periplos de transformación. Aristóteles nos decía que el ejercicio activo de la mente constituye la vida (ή γάρ νοÅ« ÎνÎργεια ζωή) y así mismo el ejercicio de la ciencia constituye el futuro de nuestra sociedad.
Esta publicación es un homenaje al ejercicio de la ciencia, pues traza una radiografía de la realidad bogotana, epicentro de ciencia y desarrollo de nuestro país. Invito a aquellas personas que tendrán en sus manos este documento, a pensarlo más allá de unas cifras. Es un reflejo de un dinamismo en el que todos jugamos un rol especial. Desde la estudiante de primaria hasta el contador de la empresa y el físico nuclear: todos estamos invitados a conocer la ciencia y aplicarla. ¿Sabíamos que los teléfonos celulares que usamos son un resultado de décadas de investigación y que el internet mismo es un invento militar basado en millonarias inversiones en ciencia y tecnología? Estos inventos transforman nuestras vidas. El holograma de su desarrollo es clave para seguir insistiendo en la promoción de una sociedad más educada e inspirada en lo que pueden hacer mentes inspiradas.
La Secretaría de Desarrollo Económico invita así al estudio y el análisis de las cifras de CTeI para Bogotá. En alianza con el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OCyT), hemos logrado un desglose y una construcción de indicadores que servirán para medir cambios en el ecosistema. Nuestra ciudad apenas supera el 1% de inversión en ACTI, y tal como lo relata Maria Mazzucato en The Entrepreneurial State, debemos velar porque se invierta tanto en Investigación como en Desarrollo.
Es fundamental para la ciudad y el país que la ciencia y la tecnología sean percibidas no sólo como aliadas sino como motores del desarrollo productivo. Lo que Schumpeter bautizó como creación destructiva en 1942 sólo puede darse con la innovación, los inventos y la inversión. Eso implica reconocer el rol fundamental de la industria, el sector creativo y el mundo científico en los esfuerzos venideros. Existen aún muchos retos como la optimización del Sistema General de Regalías, la promoción de incentivos estructurales a empresas que generen empleo basado en la ciencia y muchos más. Ha habido también esfuerzos dignos de resaltar como lo son la promoción de Spin-Offs en universidades públicas, así como iniciativas de transformación productiva de sectores como el de Metalmecánica en asocio con universidades y empresas del estado. Para seguir este buen camino, la Alcaldía Mayor de Bogotá seguirá impulsando proyectos que fomenten la ciencia, la tecnología y la innovación. Hoy se materializa uno de estos proyectos clave, pues servirá de base de medición, fundamento cuantitativo y contexto de pensamiento para el prometedor porvenir de la ciencia en Bogotá.
Por eso, que nuestro pensamiento guía sea: Ire fortiter quo nemo ante iit (ir con valentía a donde nadie más ha llegado).
Erick Behar Villegas PhD (c)
Subsecretario de Desarrollo Económico de Bogotá
[1] Bertrand Russell. The ABC of Relativity
Es fundamental para la ciudad y el país que la ciencia y la tecnología sean percibidas no sólo como aliadas sino como motores del desarrollo productivo. Lo que Schumpeter bautizó como creación destructiva en 1942 sólo puede darse con la innovación, los inventos y la inversión. Eso implica reconocer el rol fundamental de la industria, el sector creativo y el mundo científico en los esfuerzos venideros.