Pobreza y desigualdad en Bogotá: resultados en los últimos años
El PIB, el desempleo, la inflación y la pobreza son las temáticas que han tenido mayor resonancia en la prensa económica en los últimos días en el país. De hecho, estas variables están siempre en el centro de la discusión, pues de ellas depende el buen comportamiento económico de la nación. La producción presentó un crecimiento de 3,1%; mientras que la tasa de desocupación estuvo al alza en febrero del presente año y superó el dígito (10%). Por su parte, el nivel de precios al consumidor sigue al alza por efectos de la sequía y otros factores, y en marzo fue 0,94%. Por el contrario las recientes cifras de pobreza publicadas por el DANE indican que se presentó una disminución de 28,5% a 27,8% entre 2014 y 2015.
Teniendo en cuenta que el DANE publicó los indicadores de pobreza para Colombia y las 23 ciudades principales, el Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá dedica la presente nota editorial a analizar estos resultados. De hecho, la pobreza se relaciona con un conjunto de variables como son el empleo, el crecimiento económico, la inflación, entre otras, y es el reflejo de las políticas públicas (nacionales o territoriales) que se transmiten en beneficio o no de la población.
Esta nota inicia con una breve introducción conceptual para posteriormente analizar las tres mediciones principales de pobreza y desigualdad en el país, que son: pobreza monetaria, pobreza multidimensional y desigualdad a través del coeficiente de Gini. Todos los análisis para la capital del país son contrastados con la situación a escala nacional, con el fin de tener un parámetro de comparación.
Es necesario observar que, en materia de pobreza, tanto monetaria como multidimensional, la ciudad ha mostrado logros importantes, a pesar de que la primera evidenció en el último año (2015) un aumento de 10,1% a 10,4%. En términos absolutos, en la capital viven 817 mil personas en esta condición de pobreza medida por el nivel de ingresos, por lo que es necesario promover políticas públicas que mejoren las condiciones de trabajo de las y los bogotanos mejorando la remuneración a la productividad e incentivando el emprendimiento.
Por su parte, en casi 20 años, la pobreza multidimensional en Bogotá se redujo en 35 puntos porcentuales y en Colombia en 40 puntos porcentuales. Esto evidencia un gran avance por parte del Estado para suplir deficiencias en la provisión de salud, educación y nivel de vida de calidad. Desde que se calcula anualmente este indicador (2010-2015), se ha logrado determinar que 522 mil personas dejaron de ser pobres en Bogotá.
Por último, en materia de desigualdad, Bogotá sigue ocupando los primeros puestos con relación a las ciudades del país más inequitativas en la distribución del ingreso, como ha venido ocurriendo en los últimos seis años.
Conceptos
Si bien existen diferentes enfoques de medición de pobreza, en nuestro país el cálculo del nivel de pobreza gira en torno a dos metodologías: pobreza monetaria y más recientemente, la pobreza multidimensional.
Pobreza Monetaria
El cálculo de la pobreza monetaria se realiza desde una perspectiva unidimensional, esta consiste en medir a los pobres desde la dimensión del ingreso como única aproximación al bienestar económico. En esta metodología se definen dos umbrales: la línea de pobreza y la línea de pobreza extrema (antes llamada de indigencia). Estas líneas definen el ingreso mínimo necesario para adquirir una canasta de bienes considerados indispensables para el hogar.[i] Estos umbrales comparados con el ingreso del hogar definen a los pobres y no pobres, así como a los pobres extremos.
El cálculo que realiza el DANE de la pobreza monetaria en el país es de periodicidad anual. La fuente de la medición es la Gran Encuesta Integrada de Hogares- GEIH-, y la canasta determinada surge de la encuesta de ingresos y gastos realizada entre 2006 y 2007, actualizada a la fecha de cálculo de los ingresos.[ii]
Índice de Pobreza Multidimensional- IPM
Esta medición surge como complemento de los indicadores de pobreza medidos por ingresos. Según el programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, un índice de pobreza multidimensional identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida. Para su cálculo, se utilizan los micro-datos de las encuestas de hogares, y en nuestro país, los resultados se derivan de la Encuesta Nacional de Calidad de Vida- ENCV- que realiza anualmente el DANE, donde se miden 5 dimensiones y 15 indicadores.[iii]
Si una persona registra algún tipo de privación, por ejemplo, desempleo de larga duración, entonces el hogar al cual pertenece dicha persona se contabiliza como privado de esa dimensión. Cada indicador, como se mostrará más adelante, evidenciará si el hogar es privado o no privado de alguna de las dimensiones. Esto quiere decir que, de los 15 indicadores, luego de ponderarlos como privados (1) o no privados (0), un hogar se considera pobre si el índice ponderado es superior o igual a (5/15), un tercio de las variables consideradas.
La Encuesta Nacional de Calidad de Vida realizada por el DANE, fuente primaria del indicador, se recolecta cada año en el tercer trimestre y su escala de desagregación aplica para 9 regiones, que son: Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca, Atlántica, Oriental, Central, Pacífica, Orinoquía, San Andrés Islas. Además, incluye un análisis desagregado de la situación del municipio de Buenaventura.
Resultados de pobreza y desigualdad en Bogotá
Pobreza Monetaria
Las recientes cifras de pobreza monetaria en Colombia evidenciaron una disminución de 28,5% a 27,8% en el número de pobres en el país, lo que representa en cifras absolutas que 171 mil personas salieron de la pobreza entre 2014 y 2015. Igualmente, en las 23 ciudades principales del país disminuyó el porcentaje de pobres, destacándose los casos de Barranquilla, Santa Marta, Cali y Sincelejo.
En Colombia, las ciudades con mayor situación de pobreza monetaria fueron Quibdó (40,2%) y Riohacha (41%), situación que no ha variado mucho en los últimos años. Por su parte, las ciudades en Colombia con menor situación de personas en pobreza son: Bucaramanga (9,1%), Bogotá (10,4%) y Manizales (13,9%). En este contexto, la capital es la segunda ciudad con menor pobreza en el territorio nacional.
En Bogotá, la pobreza monetaria ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos años, sin embargo, para el periodo 2014-2015 se presentó un aumento de dicho indicador en 0,3 puntos porcentuales, pasando de 10,1% a 10,4%. [iv]
Gráfica 2. Pobreza monetaria en Bogotá y Colombia, 2002 – 2015. (%)
Fuente: DANE- GEIH
De igual manera, los resultados de los análisis de pobreza realizados por el DANE permiten conocer la pobreza extrema en el país y en las ciudades objeto de estudio. De hecho, siguen siendo Quibdó (17,8%) y Riohacha (12,7%) las ciudades con los mayores porcentajes de personas en esta situación. Sucede lo contrario con Bucaramanga (1,3%), Manizales (1,7%) y Bogotá (2%), ciudades que tienen los menores indicadores de pobreza extrema a nivel nacional.
Gráfica 2. Pobreza monetaria extrema en Bogotá y Colombia, 2002- 2015. (%)
Fuente: DANE- GEIH
Estas cifras indican que en Colombia, 13 millones de personas son pobres, donde en Bogotá aún viven 817 mil personas en esta condición, lo que plantea importantes retos en materia de política pública. De hecho, en la capital la nueva visión de ciudad consignada en el anteproyecto de Plan de Desarrollo Bogotá 2016- 2019 incluye, como uno de sus tres pilares, los siguientes elementos:
“Propiciar la igualdad y la inclusión social mediante la ejecución de programas orientados prioritariamente a la población más vulnerable y especialmente a la primera infancia. Estos programas estarán enfocados a intervenir el diseño y el funcionamiento de la ciudad partiendo de reconocer que de la calidad de la ciudad depende en gran medida la calidad de vida de sus habitantes.” (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2016, p 17).
Para esto, se necesita concebir la intervención distrital en pro del desarrollo integral del ciudadano, con un enfoque de superación de las condiciones de vulnerabilidad que les permita a los beneficiarios alcanzar un proyecto de vida autónomo y, consecuentemente, salir del sistema asistencial.
Como complemento, se hace necesario establecer un modelo de inclusión social productiva, que permita contribuir a la inserción socioeconómica de la juventud en riesgo o vulnerable, a través de la formación y la orientación para la inserción laboral o el auto-empleo; incluyendo pruebas psicológicas y de orientación vocacional, intereses en ocupaciones o actividades, desarrollo de aptitudes y habilidades.
En función de lo anterior, el anteproyecto del Plan de Desarrollo Bogotá 2016 - 2019 concibe como eje transversal el ‘desarrollo económico’ fundamentado en la generación y uso del conocimiento para mejorar la competitividad de la Ciudad Región, potenciar y generar alternativas de ingreso y empleo de mejor calidad, que son estrategias claves al momento de establecer un modelo de inclusión social productiva.
La pobreza multidimensional- IPM
En 2015, el Índice de Pobreza Multidimensional presentó una disminución significativa en Colombia, hecho que fue más acentuado en las áreas geográficas rurales (centros poblados y zonas rurales), pese a que el indicador es más alto en esta zona. El IPM nacional fue de 20,2%, en las cabeceras urbanas 14,4%, mientras que en los centros poblados y zonas rurales alcanzó el 40%.
Por regiones la que más disminuyó el nivel de pobreza multidimensional en 2015 fue la Central que pasó de 28,1% en 2014 a 22,1% en 2015. En Bogotá se presentó el menor IPM, el cual pasó de 5,4% en 2014 a 4,7% en 2015.
Cuadro 1. Pobreza multidimensional en Colombia según regiones, 2014 y 2015. (%)
Fuente: DANE- ENCV
De igual manera, la región Pacífica (excluyendo Valle del Cauca) es la que registra mayor porcentaje de hogares pobres según el IPM, con un 33,8% de pobres.
En la capital, el IPM ha mostrado avances significativos, pues desde el 2010, año en que se calcula con regularidad, se estima que dejaron de ser pobres cerca de 522 mil personas. Según una estimación realizada por el Departamento Nacional de Planeación - DNP para el periodo 1997 - 2015, la pobreza multidimensional en Bogotá se ha reducido en 35 puntos porcentuales y en Colombia en 40 puntos porcentuales, lo que evidencia un gran avance por parte del Estado para combatir este fenómeno desde ámbitos como la salud, la educación, la provisión de servicios públicos, vivienda digna y en general, de la calidad de vida. No obstante, las caídas en los niveles se han desacelerado y aún se requieren mejoras en las distintas dimensiones que componen el índice.
Gráfica 3. Pobreza multidimensional en Bogotá y Colombia, 1997- 2015 (%)
Fuente: Cálculos DNP, DDS, SPSCV con base en ECV 1997, 2003 y 2008 del DANE. 2010- 2015 – DANE – ENCV
Dimensiones
El panorama general anterior se complementa analizando las dimensiones que contribuyeron negativa o positivamente en la calidad de vida de los habitantes de la capital.
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Condiciones Educativas
Respecto a las condiciones educativas, los dos indicadores de medición son el bajo logro educativo y el analfabetismo. En el primero, se considera privación si al menos existe una persona de 15 años o más dentro del hogar con menos de 9 años de educación. De hecho, la capital ha disminuido en siete puntos porcentuales el porcentaje de hogares con privación del logro educativo en alguno de sus miembros (mayores de 15 años), mantenido en este lapso de tiempo la brecha de 20 puntos respecto a los resultados nacionales.
Gráfica 4. Hogares con bajo logro educativo, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: DANE- ENCV
Este es un aspecto para mejorar con el tiempo y depende mucho de la implementación de políticas para reducir la deserción escolar y generar condiciones apropiadas para terminar los cursos de básica secundaria, media vocacional y seguir estudiando.
La condición de analfabetismo es el segundo indicador de la dimensión educativa y es de vital importancia pues está asociado a la condición básica de saber leer y escribir. El analfabetismo es una restricción directa para acceder a empleos de calidad y limita el acceso a la oferta institucional del estado. Incrementa sensiblemente el grado de vulnerabilidad socioeconómica de los individuos. Dentro de la metodología de cálculo del IPM, se considera en privación a un hogar si al menos hay una persona de 15 años y más dentro del mismo que no sabe leer y escribir.
Para Bogotá, el porcentaje de hogares con esta privación en 2015 fue de 2,5%, para una disminución de 2,3 puntos porcentuales respecto al registro de 2010 (4,9%). Al igual que con el otro indicador de esta dimensión, existe una brecha con el promedio nacional de 7 u 8 puntos porcentuales, la cual se ha mantenido en los últimos años. En 2015, el porcentaje de hogares en Colombia con alguna persona sin leer ni escribir fue del 10,2%, con unas diferencias pronunciadas entre las cabeceras urbanas (7%) y los centros poblados y áreas rurales dispersas (22,1%).
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Condiciones de la niñez y la juventud
Esta dimensión se mide a través de cuatro indicadores, que son: i) inasistencia escolar, ii) rezago escolar; iii) barreras al acceso a servicios para el cuidado de la primera infancia y iv) el trabajo infantil.
Según el Conpes 109 de 2007, se dice que:
“Garantizar una atención integral en la primera infancia es una oportunidad única para impulsar el desarrollo humano de un país. La educación inicial posee amplios efectos sobre el desempeño escolar y académico y es determinante, tanto para el desarrollo humano como para el económico. Los niños y niñas que participan en los programas de educación inicial tienen mayores probabilidades de asistencia escolar, mejoran sus destrezas motoras y obtienen superiores resultados en las pruebas de desarrollo socio-emocional (p.3).
El primer indicador para el caso de Bogotá es cercano a cero. En 2015, el porcentaje de hogares con esta privación fue de 0,6%, disminuyendo un punto porcentual respecto al registro de 2010 (1,7%) y 0,6 puntos respecto a 2014 (1,2%).
El indicador de rezago escolar, merece un poco más análisis y profundidad, pues es alto y la brecha con la nación no es tan grande como en otros indicadores, de solo cinco puntos.
Gráfica 5. Hogares con privación de rezago escolar, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: DANE- ENCV
La privación del rezago escolar hace referencia al porcentaje de hogares con al menos un niño entre 7 y 17 años con un número de años aprobados inferior a la norma nacional. Para el cálculo del indicador estos son los criterios:
- Tiene 7 años y no tiene al menos 1 año de educación
- Tiene 8 años y no tiene al menos 2 años de educación
- Tiene 9 años y no tiene al menos 3 años de educación…..
- Tiene 17 años y no tiene al menos 11 años de educación
En Bogotá, el 24% de los hogares registra esta privación, situación que puede reflejar fallas en el sistema educativo distrital en lo relacionado con el ingreso tardío, la reprobación, la repetición, la deserción escolar, entre otros aspectos. La disminución en los últimos periodos ha sido de aproximadamente cuatro puntos porcentuales y las brechas con el país se mantienen en cinco puntos, acortándose en los últimos años.
El tercer indicador mide a los hogares sin acceso a servicios para el cuidado de la primera infancia, es decir hogares con al menos un niño de 0 a 5 años sin acceso a todos los servicios de cuidado integral (salud, nutrición y cuidado).
Gráfica 6. Hogares con privación de niños de 0 a 5 años sin acceso a servicios de cuidado integral, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: DANE- ENCV
Este indicador ha mostrado, en promedio, un aumento a lo largo de los seis años de análisis, así como, un incremento de 2014 a 2015, pasando de 9,0% a 10,4%. Es decir que 10 de cada 100 hogares en la capital tiene, por lo menos, un niño de 0 a 5 años sin acceso a los servicios de cuidado integral.
Como se muestra en la gráfica 6, el porcentaje de hogares privados a nivel nacional está por debajo del valor de la capital. Esto sucede a pesar de que, en Bogotá el porcentaje de niños menores de 5 años que asiste a un hogar comunitario del ICBF pasó de 42,5% en 2014 a 49,4% en 2015, y los que permanecen con padre o madre en casa que pasaron de 36,6% a 32,4%, según los últimos resultados del a Encuesta de Calidad de Vida realizada por el DANE en 2015.[v]
El último indicador de esta dimensión es trabajo infantil. Según la OIT, el término trabajo infantil es toda labor que afecta el potencial y la dignidad de los niños y las niñas, perjudicando su integridad física y psicológica.[vi] En efecto, el porcentaje de hogares de la capital con al menos un niño entre 12 y 17 años trabajando en 2015 fue de 1,1%, resultado que subió respecto al registro de 2014 (0,9%), pero que muestra una reducción en la serie de seis años, en 2010 fue de 1,6%. En Colombia esta privación es más alta, pues el porcentaje de hogares en la misma situación es de 3,2%, y que también muestra una reducción respecto a 2010 (4,6%).
Trabajo
La siguiente dimensión a analizar es el trabajo. La relación de esta variable con la pobreza se mide desde el punto de vista de dos indicadores: i) el desempleo de larga duración y ii) el empleo informal.
El desempleo de larga duración incide en la pobreza cuando hay hogares con al menos una persona de la Población Económicamente Activa PEA[vii] desempleada por más de 12 meses.
Gráfica 7. Hogares con privación de desempleo de larga duración, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: DANE- ENCV
Los resultados del indicador muestran que el porcentaje de hogares afectados por el desempleo de larga duración en uno de sus miembros aumentó en Bogotá en la serie de los seis años. Igual situación sucedió a nivel nacional.
Este resultado, contrastado con las cifras oficiales de mercado laboral, medidas por la GEIH, se da en un contexto donde el desempleo en 2015 de la ciudad se ubicó en 8,7%, el mismo resultado de 2014, y una disminución en las tasas de ocupación (65,4%) y tasas de participación (71,6%). Además, las semanas promedio de una persona desempleada buscando trabajo se redujo de 18,8 semanas a 17 semanas de 2014 a 2015, respectivamente. Igualmente, como lo detalló Valencia (2016), esta reducción en los tiempos de búsqueda de empleo permitió cerrar la brecha entre las mujeres y hombres, dado que en 2014 mientras una mujer en la ciudad demoraba 19,6 semanas buscando un trabajo un hombre lo lograba en 17,8. En 2015, esa brecha entre los dos sexos se logró reducir a un tiempo inferior a una semana, 16,6 para hombres y 17,2 para las mujeres.
Este contraste, que muestra un incremento en el grado de privación de los hogares por un lado, y una disminución de semanas buscando trabajo en la ciudad por otro, es producto de las dos fuentes de información que se utilizan. En el caso del IPM, se utiliza la Encuesta de Calidad de Vida, que recolecta información del último trimestre; mientas que la segunda fuente, la Gran Encuesta Integrada de Hogares GEIH, recoge información todos los días del año y su muestra está diseñada para medir los distintos fenómenos del mercado laboral.
Igual sucede para el segundo indicador de informalidad, sin embargo, las tendencias decrecientes se mantienen. Un hogar categorizado privado “sin empleo formal” indica que al menos un ocupado del hogar no tiene afiliación a pensiones (aproximación a la medición de la informalidad), o se encuentra en desempleo.
Gráfica 8. Hogares con privación de empleo informal, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: Fuente: DANE- ENCV, GEIH
Lo resultados indican que el 57,1% de los hogares tiene por lo menos un miembro del hogar en la informalidad, hecho que afecta a la mayoría de hogares de la ciudad sobre las otras dimensiones. Adicionalmente, este indicador es el que presenta la mayor disminución proporcional en seis años, y su disminución va acorde con la tasa de informalidad de la ciudad medida con los ocupados que no cotizan a salud y a pensión resultantes de la Gran Encuesta Integrada de Hogares que para 2015 fue del 45%.
Salud
La salud es la cuarta dimensión que se mide en el IPM y contiene lo concerniente al aseguramiento y la negación del servicio de salud dada la necesidad o requerimiento. Del primero se puede decir que el aseguramiento en salud es uno de los indicadores que ha venido mejorando en el país y en la ciudad en los últimos años. No obstante, aún existen hogares privados de este derecho.
Para el cálculo del IPM se consideran privados aquellos hogares donde, por lo menos, una persona mayor de 5 años se encuentra sin aseguramiento a seguridad social. En este sentido, un 11,5% de hogares se encuentra privado del aseguramiento en la capital y un 11,2% en el país.
Gráfica 9. Hogares con privación de sin aseguramiento al sistema de seguridad social, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: DANE- ENCV
En Bogotá la disminución en estos últimos 6 años fue de 3,3 puntos porcentuales, no obstante, este resultado en 2015 se mantiene levemente por encima de Colombia, que pasó de 21% en 2010 a 11,2%, mostrando una mayor reducción en estos últimos años, respecto a la capital.
Por otra parte, el indicador denominado “sin acceso a salud dada una necesidad” muestra un resultado menor en términos de la proporción de hogares, con disminuciones sustantivas de privación en los últimos seis años, pero con un aumento para el último año.
Este indicador se mide por aquellas personas o miembros del hogar que en los últimos 30 días tuvieron una enfermedad, accidente, problema odontológico o algún otro problema de salud que no haya implicado hospitalización, y se observa que encontraron barreras de acceso a los servicios de salud. Además, también se considera que una persona enfrentó barreras de acceso a los servicios de salud si para tratar el problema de salud no acudió a un médico general, especialista, odontólogo, terapista o institución de salud. Si en el hogar una persona no pudo ser atendida por el sistema dada las anteriores condiciones el hogar entra en privación.
Gráfica 10. Hogares con privación de sin acceso al servicio de salud cuando lo necesita, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: DANE- ENCV
En Bogotá se pasó en 2010 de 7,2% de hogares privados del acceso a salud a 3,2% en 2015, evidenciando un resultado positivo debido a la disminución 4 puntos en los últimos seis años. Esta situación, en Colombia, evidencia que la privación de acceso a salud en los hogares se ha mantenido en la misma proporción de hogares, pues la reducción en 6 años solo ha sido de 0,4 puntos porcentuales. Fue mucho más persistente en el país, donde aún el 6,5% de los hogares padece porque alguno de sus miembros con alguna enfermedad o inconveniente de salud no es atendido adecuadamente cuando lo necesita.
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Condiciones de vivienda y acceso a servicios públicos
Esta dimensión es la que presenta los mejores indicadores de calidad de vida en Bogotá, esto sustentado en la poca proporción de hogares que presentan privaciones en estos indicadores.
Las condiciones de vivienda y de acceso a servicios públicos se miden por: i) acceso a fuente agua mejorada; ii) vivienda con inadecuada eliminación de excretas; iii) material inadecuado de pisos; iv) material inadecuado de paredes exteriores; y v) hacinamiento crítico.[viii]
En Bogotá, cuatro de estos cinco indicadores de privación para los hogares está por debajo del 1%, e incluso muy cercano a cero. Por ejemplo, solo el 0,4% de los hogares en la ciudad presentan inadecuadas paredes exteriores en las viviendas. Estos bajos porcentajes se presentan igualmente en los pisos (0,2%), hogares sin eliminación de excreta (0,4%) y hogares sin acceso a fuente de agua mejorada (0,1%).
Gráfica 11. Hogares con privación hacinamiento crítico, Bogotá y Colombia, 2010- 2015 (%)
Fuente: DANE- ENCV
En cuanto al hacinamiento crítico la cuestión es diferente, pues se considera privado un hogar urbano si el número de personas por cuarto es mayor o igual a 3. Este indicador refleja que el 6,5% de los hogares en la capital se encuentra en hacinamiento crítico, situación que descendió 4,1 puntos porcentuales respecto a la situación de 2010.
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¿Y la desigualdad?
El principal indicador de desigualdad usado en Colombia es el coeficiente Gini, el cual es un índice que oscila entre 0 y 1, donde 0 indica que la sociedad es totalmente equitativa, es decir todas las personas tienen los mismos ingresos, mientras que más cercano a 1 evidencia una situación de extrema desigualdad, donde un individuo concentra toda la riqueza.
A modo de contexto;
- Las dinámicas de desigualdad se enmarcan en un contexto en el cual Colombia ocupó en 2014 el puesto 97° dentro de 188 países en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU[ix], se ubicó en una bolsa de países con alto desarrollo humano y en América del Sur solo superó a países como Paraguay (112°) y Bolivia (119°)
- Según el Banco Mundial (cifras a diciembre de 2015 con datos de 2014), Colombia es el sexto país con mayor desigualdad de ingreso en el mundo, el segundo país más desigual de Latinoamérica y el primer país con mayor desigualdad en América del Sur. [x]
Al analizar los resultados de pobreza multidimensional y pobreza monetaria de las secciones anteriores y al compararlo con los resultados del coeficiente GINI que se ven en la gráfica 12, se puede ver que realmente se ha avanzado en la disminución de pobreza, pero poco en materia de distribución.
Gráfica 12. Coeficiente Gini en Bogotá y Colombia 1995- 2015
Fuente: DANE- GEIH
Como se observa en la gráfica 12, la desigualdad de los ingresos en Colombia y Bogotá se ha mantenido en una banda entre el 0,46 y 0,58 en los últimos 20 años, lo que evidencia que, en materia de desigualdad, poco se han modificado las condiciones estructurales de repartición del ingreso nacional, esto a pesar de que, durante los últimos ocho años, la tendencia del indicador ha sido a la baja.
En el marco comparativo con otras ciudades en el país, el coeficiente Gini muestra que Bogotá en los últimos seis años se ha mantenido en el top 5 de las ciudades con mayor desigualdad del ingreso en el país, considerando que en 2010 fue la quinta ciudad con mayor coeficiente de Gini (0,526) y que en 2015 fue la tercera más alta (0,498). En este mismo periodo, Bucaramanga es la de menor coeficiente Gini en Colombia, con 0,45 y 0,407 en los años 2010 y 2015, respectivamente.
En la serie expuesta, el Gini en Bogotá muestra una caída de -0.059 en los últimos 20 años y de -0.012 en los últimos 10, situaciones que pueden derivarse de medidas distritales como de dinámicas del entorno macroeconómico nacional. De hecho, un análisis de la distribución de los ingresos corrientes, por quintiles de ingreso, evidencia cómo se ha distribuido el ingreso en estos últimos años en los cinco grupos y explica esta leve disminución del Gini en los últimos años.
Gráfica 13. Participación de los quintiles en el ingreso total mensual Bogotá. Porcentaje, 2011 - 2015
Fuente: DANE- GEIH, cálculos SDDE- ODE, Nota: ingreso corriente total de la unidad de gasto antes de imputación de arriendos a propietarios y usufructuarios. 2015
Mientras en 2011, del total de ingresos en la ciudad, el 53,1% lo concentraba el 20% de la población con mayores ingresos, este porcentaje disminuyó marginalmente a 50,1%. Por ejemplo, el quintil 1 (20% de la población con menores ingresos) pasó de tener una participación en 2011 del 5,4% de los ingresos a 6,2% en 2015. Estos mismos aumentos se percibieron en los quintiles 2 y 3.
Conclusiones
Hoy en día, la ciudad, con cerca de 8 millones de habitantes, a pesar de sus ya conocidos problemas de movilidad y seguridad, muestra importantes logros en cuanto a la provisión de servicios sociales y bienes de infraestructura pública que le han permitido disminuir las condiciones de pobreza.
A pesar de ello, viven en la capital 817 mil personas pobres, de ellas 157 mil personas en condición de pobreza extrema, por lo que es necesario ampliar el aparato institucional distrital en beneficio de estas comunidades. Para estas poblaciones, la administración actual ha consignado en el anteproyecto de Plan de Desarrollo Bogotá 2016- 2019 propiciar la igualdad y la inclusión social mediante la ejecución de programas orientados prioritariamente a la población más vulnerable y especialmente a la primera infancia.
En la capital el índice de pobreza multidimensional, que mide la pobreza según las dimensiones de educación, salud, empleo, cuidado de infancia y condiciones de la vivienda, ha mostrado avances significativos en cuanto a su disminución, pues desde que se calcula con regularidad, se pueden contabilizar que 522 mil personas dejaron de ser pobres en un lapso de seis años.
Dentro de las dimensiones establecidas por este indicador, aunque todas tienen la misma ponderación, los resultados muestran que la informalidad laboral es la que mayor afecta en proporción a la mayor parte de hogares en la ciudad. Según los resultados, el 57,1% de los hogares tiene por lo menos un miembro del hogar en la informalidad. No obstante, este indicador es el que presenta la mayor disminución proporcional en seis años, y su disminución va acorde con la disminución de la tasa de informalidad de la ciudad medida con los ocupados que no cotizan a salud y a pensión resultantes de la Gran Encuesta Integrada de Hogares, que para 2015 fue del 45%.
Finalmente, aunque se reconoce que el indicador de desigualdad no es un parámetro de bienestar, es necesario ahondar más en sus causas y consecuencias con respecto al desarrollo humano. Es importante destacar aquí que el coeficiente de Gini en Bogotá muestra una caída de -0.059 en los últimos 20 años y de -0.012 en los últimos 10, situaciones que pueden derivarse de medidas distritales como de dinámicas del entorno macroeconómico nacional. Una explicación tiene que ver con la distribución de los ingresos entre los quintiles poblacionales, dado que, mientras en 2011, del total de ingresos en la ciudad el 53,1% lo concentraba el 20% de la población con mayores ingresos, este porcentaje disminuyó a 50,1%, mejorando un poco la participación de las personas con menores ingresos
Referencias
Alcaldía Mayor de Bogotá. (2016). Anteproyecto Plan de Desarrollo 2016-2019 Bogotá Mejor Para Todos. Recuperado de:
http://aplicaciones.sdp.gov.co:7777/pdd/anteproyecto_plan_distrital_desarrollo_2016_2019.pdf
Banco Mundial (2015) Bases de datos del BANCO MUNDIAL. Consulta Pobreza y Desigualdad. Disponible en: http://databank.worldbank.org/data/reports.aspx?source=poverty-and-equity-database
CEPAL. (2013). La medición multidimensional de la pobreza. Recuperado de: http://www.cepal.org/deype/noticias/documentosdetrabajo/5/49665/LCL3615e.pdf.
CONPES 109 (2007). Política pública nacional de primera infancia. “Colombia por la primera infancia”. Bogotá 03 de diciembre de 2007. Recuperado de: http://www.mineducacion.gov.co/primerainfancia/1739/articles-177832_archivo_pdf_Conpes_109.pdf
DANE (2015). Bases de datos de La Gran Encuesta Integrada de Hogares 2007- 2015. Disponible en: http://formularios.dane.gov.co/Anda_4_1/index.php/catalog#_r=1458245148773&collection=&country=&dtype=&from=1973&page=1&ps=&sk=GEIH&sort_by=titl&sort_order=&to=2015&topic=&view=s&vk=
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[i] Mientras la pobreza monetaria incluye en la canasta bienes como alimentos, transporte y vivienda, en la medición de pobreza monetaria extrema solo se incluye como parámetro los alimentos.
[ii] Para los años 2006 y 2007 no existen cifras de pobreza monetaria y de desigualdad dado que la Misión de Empalme recomendó no utilizar la información para esos años específicos.
[iii] Las dimensiones usadas para el cálculo son: A. Condiciones educativas del hogar. B. Condiciones de la niñez y la juventud. C. Trabajo. D. Salud. E. Acceso a servicios públicos domiciliarios y condiciones de la vivienda. Estas dimensiones se subdividen en 15 indicadores cada uno con su peso relativo: A. Bajo logro educativo (0.1); analfabetismo (0,1). B: Inasistencia escolar (0.05); rezago escolar (0.05); barreras de acceso a servicios para cuidado de la primera infancia (0.05); trabajo infantil (0.05). C: Desempleo de larga duración (0.1); empleo informal (0.1). D: Sin aseguramiento en salud (0.1); barreras de acceso a servicios de salud (0.1). E: Sin acceso a fuente de agua mejorada (0.04); inadecuada eliminación de excretas (0.04); pisos inadecuados (0.04), paredes exteriores inadecuadas (0.04); hacinamiento crítico (0.04). El Índice de Pobreza Multidimensional para Colombia (IPM-Colombia), es un indicador que fue desarrollado por el Departamento Nacional de Planeación, a partir de la metodología de Alkire y Foster (2007, 2011) del Oxford Poverty & Human Development Initiative (OPHI).
[iv] Los subsidios en especie, los cuales, aunque son elevados en Bogotá, al no ser en dinero, no logran impactar o ser tenidos en cuenta por la medición de la pobreza monetaria. En la extrema es más clara la explicación, teniendo en cuenta que un comedor comunitario brinda las calorías que necesitan las personas, pero como el subsidio no es recibido en dinero, se suman como pobres extremos, así su necesidad alimenticia la esté supliendo el Distrito.
[vi] Para una mayor aclaración del concepto, ver: http://www.ilo.org/ipec/facts/lang--es/index.htm
[vii] La PEA son aquellas personas que están trabajando o están buscando trabajo o incluso, hacen diligencias para conseguir algún trabajo y están disponibles para hacerlo.
[viii] Un hogar urbano se considera como privado si el material de las paredes exteriores es: madera burda, tabla, tablón, guadua, otro vegetal, zinc, tela, cartón, deshechos y sin paredes. En cuanto a pisos, se consideran privados los hogares que tienen pisos en tierra.
[ix] El índice de Desarrollo Humano (IDH) es un indicador sintético de los logros medios obtenidos en las dimensiones fundamentales del desarrollo humano, a saber, tener una vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno. El IDH es la media geométrica de los índices normalizados de cada una de las tres dimensiones.
Las cifras comparativas entre países se consultaron en la base de datos del Banco Mundial sobre pobreza y desigualdad: http://databank.worldbank.org/data/reports.aspx?source=poverty-and-equity-database
Teniendo en cuenta que el DANE publicó los indicadores de pobreza para Colombia y las 23 ciudades principales, el Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá dedica la presente nota editorial a analizar estos resultados.