El turismo rural: una oportunidad para Bogotá
para la actual administración de Bogotá, el sector turismo representa una gran oportunidad para el desarrollo económico y social de la ciudad. Además, la administración ha destacado que la ciudad “tiene un gran potencial para reforzar y mejorar, con sus atractivos y servicios, la calidad en la acogida; sin embargo se observan limitaciones en sus facilidades elementales para transformar ese potencial y generar ventajas competitivas, que consoliden su condición atractiva y se logre así motivar a los viajeros no solo a venir sino a incrementar su permanencia.” (Peñalosa, 2015)
Por lo tanto, esta importancia dada al turismo abre la posibilidad de abrir nuevos horizontes en la oferta que tiene en esta materia la ciudad. En ese sentido, el turismo rural, dado éste y sus encadenamientos con otros sectores productores de bienes y servicios, diversifican la economía rural y crea empleos e ingresos adicionales a las poblaciones rurales, generando así muchas posibilidades. Esto ocurre en una coyuntura internacional donde la capacidad productiva de los suelos se ve limitada por las normativas de la conservación natural y la producción de agua, así como de los ya conocidos efectos del cambio climático.
En este orden de ideas, esta nota editorial busca, primero, realizar un balance de lo que hoy en día representa, en términos generales, la actividad turística en la ciudad; así como, de la poca gestión y coordinación que se ha tenido dentro del sector en los últimos 15 años. En la segunda parte, se exponen los motivos que llevan a pensar que el turismo rural tiene muchas posibilidades, primero, porque otras ciudades de Suramérica ya explotan estas alternativas, y segundo, porque la capital tiene como eje central toda la normativa para su desarrollo y una ventaja comparativa, que es contar con una extensa área rural y una variedad ecosistémica.
A modo de conclusión se plantea que las potencialidades y bondades del extenso suelo rural de Bogotá hacen del turismo rural una alternativa para disminuir la carga que tienen las explotaciones productivas en la zona. Es por eso que el proyecto que involucra un sendero de 82 kilómetros en los cerros que irá desde Usme hasta el sistema Torca-Guaymaral, se convierte en un eje estratégico para promover el turismo rural de la ciudad.
Aspectos generales
La Organización Mundial del Turismo (OMT) define al turismo como “el conjunto de actividades que realizan la personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos a su entorno habitual, por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, negocios u otros motivos no relacionados con el ejercicio de una actividad remunerada en el lugar visitado” (Aguilera, 2006)
El turismo es considerado uno de los sectores económicos que ha crecido con mayor rapidez en el mundo, y tiene una enorme importancia, pues de la actividad dependen muchos empleos, se generan divisas para los países y contribuye al desarrollo regional.
Según la economista Shirley Benavides (Benavides), el turismo, como parte de una economía determinada, es uno de los sectores que merece un análisis cuidadoso, ya que se ha convertido en la actividad que favorece las exportaciones mundiales, y de igual forma, ha generado mayor ingreso y fuentes de trabajo tanto directas como indirectas, en pequeñas y medianas empresas familiares (Organización Mundial del Turismo), con lo cual, a través de ellas, este sector fortalece sus ingresos y la distribución de la riqueza, aspectos fundamentales para el crecimiento económico de las naciones.
En la actualidad, el volumen de negocio del turismo en el mundo iguala o incluso supera al de las exportaciones de petróleo, productos alimentarios o automóviles. Según la OMT, la importancia del turismo radica en que representa el 10% del PIB mundial, 6% del comercio internacional y el 30% de las exportaciones de servicios (UNWTO, 2015).
Contexto internacional
En las últimas dos décadas el turismo internacional ha tenido un rápido crecimiento en cuanto a la generación de ingresos y al flujo de turistas. Respecto a lo primero, este tipo de actividad mueve alrededor de 1.245 miles de millones de dólares (precios reales) en gastos de alojamiento, comida, bebida, entretenimiento y compras, siendo las regiones más dinámicas Europa, Asia y el Pacífico (Cuadro 1).
Cuadro 1. Ingresos por turismo internacional. 1990- 2014. (USD – EURO, miles de millones)
Fuente: OMT, 2015
En cuanto al flujo de turistas, la OMT estimó que, durante el 2014, en el mundo pernoctaron 1.113 millones de personas, esto demuestra el alto dinamismo en esta época, contrastado con los inicios de la década del 90, donde el turismo internacional movilizaba 435 millones de personas y generaba 271 mil millones de dólares (precios constantes de 2008). A escala país, dentro de los sitios preferidos por los turistas, se siguen destacando Francia, Estados Unidos, España y China.
Cuadro 2. Llegada de turistas internacionales, 1990- 2014. (Personas)
Fuente: OMT, 2015
Otro aspecto para destacar es que el continente americano evidenció en el último año de referencia (2014), el más importante crecimiento (8%), respecto a las otras regiones, de llegada de turistas de todo el mundo. En esta región se destaca la parte norte del continente, con un crecimiento de 9,3% y el Caribe con 6,2%. La región de América del Sur, registró un estimado de 28,6 millones de turistas en 2014, para una participación en la región del 16% y un crecimiento en el último año de 5,5%.
Por su parte, a nuestra región aún le queda mucho camino por recorrer, explorar y explotar las ventajas que representa el turismo para la generación de ingresos locales y su aporte a la dinámica del Producto Interno Bruto. Al respecto, un estudio de la firma Euromonitor International, con resultados de turistas internacionales de 2013, cubriendo las ciudades turísticas más importantes del mundo, muestra que solo tres ciudades de América del Sur se ubican en el ranking de las 100 ciudades más importantes en términos de llegadas de turistas internacionales: Lima (puesto 31), Buenos Aires (64) y Rio de Janeiro (92). Con respecto a Asia, este mismo ranking posiciona a Hong Kong, Singapur y Bangkok en los primeros tres puestos y a Nueva York (7), Miami (20) y Las Vegas (23) como las mejores posicionadas de las Américas (Euromonitor International).
En este contexto, en el último año a Bogotá llegó el 0,09% de los turistas internacionales, el 0,59% de los que llegan al continente, y el 3,74% de los turistas que llegaron a América de Sur. Estas proporciones, más allá de mostrar una baja participación, plantea el reto para aprovechar las ventajas comparativas y competitivas que tiene la ciudad para atraer más turistas y concatenar la dinámica de esta actividad a la del desarrollo económico de la ciudad.
Las cifras de turismo para Bogotá
En la actualidad, la mayor parte de los análisis económicos del sector turístico se han limitado a monitorearlo desde el lado de la demanda y muy poco desde la oferta. Las principales variables de seguimiento que caracterizan la demanda son: la duración, el tipo de viajero, el modo de transporte y el alojamiento que utilizan los turistas.
Desde el punto de vista de la oferta existe muy poco análisis de lo que sucede con las industrias de turismo, los volúmenes de inversión y el empleo generado (IDT, 2014,45). No obstante, a pesar de este sesgo, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), elaboró una cuenta satélite especial para turismo, que es una extensión del sistema de cuentas nacionales y permite ampliar la capacidad analítica de la contabilidad nacional a determinadas áreas de interés socioeconómico, en este caso, de un sector económico clave para la producción y el empleo local y nacional. Desde la contabilidad nacional el turismo suele ser abordado como el agregado de dos ramas de actividad económica: “hoteles, restaurantes, bares y similares”, y “transporte por vía terrestre y aérea”. No obstante, es pertinente anotar que no todas las actividades desarrolladas en estos sectores corresponden turismo.
Cifras de Cotelco indican que el porcentaje de ocupación hotelera en Bogotá ha disminuido progresivamente en los últimos ocho años, razones que se pueden derivar por muchos factores, como los siguientes: aumento de habitaciones y camas disponibles; turistas que modifican la forma de estadía (vivienda, amigos); y auge del turismo de negocios que hace que la ocupación varíe notablemente entre semana respecto a los fines de semana.
Gráfica 1. Ocupación hotelera, Bogotá y Colombia. 2004- 2015 (%)
Fuente: Cotelco
Por el lado de la demanda, las cifras se han basado, fundamentalmente, en las estadísticas de entrada de viajeros y días pernoctados, así como cierta información de ingresos y de balanza de pagos que no dimensionan, claro está, de forma global toda la actividad turística.
En 2015 a Bogotá ingresaron 1 millón 216 turistas extranjeros en 2015, cifra que presenta un aumento del 13% con respecto a 2014. El promedio de crecimiento anual de los turistas que han llegado a Bogotá en la última década es del 11,6% , lo que evidencia un importante y dinámico crecimiento en lo que este sector representa para el desarrollo económico de la ciudad.
Gráfica 2. Llegada de turistas extranjeros, Bogotá, 2004- 2015. Miles de personas
Fuente: Migración Colombia, 2015
En promedio, en 2015 llegaron mensualmente 101 mil turistas extranjeros a Bogotá, siendo los meses de julio y agosto los de mayores dinámicas de llegada de turistas. Según los países de origen de los extranjeros que visitan la ciudad, se observa en el cuadro 3 que desde Estados Unidos y Venezuela provienen en su mayoría los turistas que visitan la capital, aunque aún no hay datos definitivos para 2015 (para la desagregación por nacionalidad), con respecto a Venezuela, que afronta una crisis interna, se puede observar que en los últimos dos años, una importante caída en la llegada de turistas. Por su parte, se presenta un mayor auge de foráneos provenientes de Estados Unidos, Ecuador, México y Perú.
Cuadro 3. Llegada de turistas extranjeros por nacionalidad, Bogotá, 2010- 2015*
Fuente: Migración Colombia, 2015. Nota: *Los datos por nacionalidad desagregada por sitio de llegada solo se encuentran hasta septiembre de 2015
El turismo y los planes de desarrollo de Bogotá
Durante los últimos 15 años, los planes de desarrollo que ha tenido la ciudad en materia de turismo se han quedado cortos en destacar a este sector como un enclave para la generación de ingresos y como mecanismo también de conexión con la región centro en una dinámica de gana-gana, a pesar de las bondades competitivas turísticas de la región y de la ruralidad de Bogotá.
En las decisiones y programas de orden político se percibe en la ciudad una desarticulación de la oferta institucional del distrito que no le ha permitido aunar esfuerzos para impulsar el turismo en la ciudad, sobre todo el turismo de ocio y diversión. No obstante a lo anterior, la ciudad ha mantenido un crecimiento constante de llegada de turistas nacionales e internacionales, siendo difícil diferenciar, qué turistas llegaron por medidas de atracción e incentivos y qué otro tanto por las dinámicas propias de la economía mundial y la globalización.
Por otra parte, en la última década la ciudad avanzó en la institucionalización de la política distrital de turismo con alcance regional, algo que se venía trabajando desde 2001 con el proyecto que buscaba la consolidación de la zona turística Bogotá–Región, para lo cual se suscribió el Convenio Marco de Cooperación Técnica y Competitividad en 2002, el cual tuvo vigencia de dos años.
Durante el gobierno distrital comprendido entre 2004 y 2008, con la creación del sector Distrital de Desarrollo Económico y Turismo, se pretendió insertar al turismo dentro de las dinámicas productivas de la ciudad a través de acciones para elevar su productividad e incrementar el flujo de turistas e inversión hacia la ciudad.
En ese mismo periodo, se firmó la Política Distrital de Turismo- Decreto Distrital 327 de 2008-, que incluyó como zona de influencia la región capital y que tiene como objeto, entre otros, “Configurar un modelo de desarrollo turístico sostenible y competitivo para la ciudad y su zona de influencia, Región Capital” (Instituto Distrital de Turismo, 2011).
En el siguiente periodo, 2008-2011, la estrategia para el turismo en la ciudad se concentró en el asesoramiento de prestadores respecto a servicios turísticos y la capacitación de personal para la gestión turística de Bogotá. Esto aunado a la implementación de campañas promocionales de Bogotá como destino turístico y el diseño de diez portafolios turísticos. Adicionalmente, se firmó el decreto 664 de 2011, por medio del cual se adoptó el Plan Maestro de Turismo para Bogotá D.C, instrumento de planificación que sirve para gestionar desde la perspectiva turística el suelo urbano y rural de la ciudad, bajo principios de equilibrio territorial, socio económico y ambiental.
En el anterior gobierno, la estrategia se mantuvo, y se proyectó a Bogotá como un destino turístico accesible, sostenible y con gran proyección en lo comunitario y social, con ello, se buscó beneficiar a personas vinculadas y/o relacionadas con los proyectos ubicados en los territorios turísticos identificados; vincular empresas prestadoras de servicios turísticos; crear 200 nuevos empresarios del turismo para el próximo cuatrienio y profesionalizar a los conductores de taxi.
Durante estos años surgieron varias iniciativas y programas específicos y desconectados entre sí, que pretendieron desarrollar el sector turístico de la ciudad. Sin embargo, aunque la ciudad logró grandes avances en cuanto a la atracción para la llegada de turistas internacionales y la normativa legal, existe una desconexión o falta de continuidad de las políticas de desarrollo del sector turismo entre un gobierno y otro, por lo que los objetivos que se pretendieron fueron de corto alcance y en función de sectores muy específicos, y además, con una desarticulación explícita con la región centro del departamento de Cundinamarca.
Un ejemplo de esa descoordinación y poco rumbo del sector turístico es el manejo inequívoco de la marca ciudad sin visión a largo plazo, pues durante los últimos cinco años se crearon dos marcas que trataron de posicionar a la ciudad como destino turístico: “Bogotá es Más” y la más reciente “BOGOTA”. Dos marcas para un solo objetivo en un corto periodo de tiempo que, lógicamente, ha generado confusiones al turista internacional, una ineficiente gestión de recursos y un degaste en su posicionamiento.
Por otra parte, aunque se han creado estamentos legales de toda índole, de escala nacional y distrital para el sector turismo, por ejemplo, la Política Distrital de Turismo, el plan maestro y la Política Distrital de Productividad, Competitividad y Desarrollo Socioeconómico de Bogotá, estos, poco han sido el hilo conductor del desarrollo del sector, pues ha primado más la visión a corto plazo que un criterio prospectivo para el bien de la ciudad.
El programa de gobierno del actual alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa, resalta la importancia del sector turismo para ciudad, e indica que: “el sector turismo sin duda representa una gran esfera para el desarrollo económico y social de la ciudad” además destaca que la ciudad “tiene un gran potencial para reforzar y mejorar, con sus atractivos y servicios, la calidad en la acogida; sin embargo se observan limitaciones en sus facilidades elementales para transformar ese potencial y generar ventajas competitivas, que consoliden su condición atractiva y se logre así motivar a los viajeros no solo a venir sino a incrementar su permanencia.” (Peñalosa, 2015)
En relación con lo anterior, el programa de gobierno del actual alcalde contempla para el sector de turismo:
- “Formularemos una estrategia de promoción, buscando el fortalecimiento y consolidación de Bogotá, como principal destino turístico del país para visitantes internacionales y, así mismo, en materia de negocios; complementándola con una oferta cultural de talla internacional. Las acciones de esta estrategia llevarán al incremento de turistas nacionales e internacionales, aumentar los días promedio de pernoctación e incentivar actividades complementarias, y así hacer crecer los índices de ocupación hotelera en los fines de semana.
- Equipo por Bogotá liderará la integración regional para contribuir al desarrollo local de los municipios, para complementar nuestra oferta con los valores turísticos que tiene la región.
- Uno de los principales generadores de turismo se concentrará en los parques lineales, el sendero ecológico de los cerros orientales, los parques regionales y parques distritales y el proyecto del río Bogotá. Estos incentivarán las actividades culturales y recreativas, así como maratones y paseos urbanos y ecológicos que incluirán de manera prioritaria a niños y a la población con discapacidad” (Peñalosa, 2015).
Las tres estrategias coinciden con la visión de ciudad a largo plazo establecida en la Política Distrital de Productividad y Desarrollo Socioeconómico de Bogotá, la cual proyecta a la ciudad a 2038 como uno de los principales destinos del turismo y de inversión de América Latina.
Lo que resta de la presente nota se centrará el análisis en evaluar la propuesta N°3, que incluye a los cerros orientales y parques regionales como generadores de turismo en la ciudad.
El turismo rural en las ciudades
El turismo rural y sus encadenamientos con otros sectores productores de bienes y servicios surgen bajo la imperiosa necesidad de diversificar la economía rural y crear empleos e ingresos adicionales. Esto ocurre en una coyuntura internacional donde la capacidad productiva de los suelos se ve limitada por las normativas internacionales de la conservación natural y la producción de agua, así como de los ya conocidos efectos del cambio climático.
En estos criterios donde prima el concepto de la sostenibilidad en las ciudades, lo que se pretende es hacer un uso óptimo de los recursos ambientales que constituyen un elemento clave en el desarrollo turístico, manteniendo los equilibrios ecológicos esenciales y ayudando a conservar el patrimonio natural y diversidad biológica. (UNCTAD, 2013. p. 16)
El turismo rural, en sus diversas formas, como lo es el ecoturismo, etno-turismo, agroturismo, etc., surge como una alternativa para sus ciudadanos de desprenderse de su día a día en la urbe. Adicionalmente, se ha convertido en una alternativa de negocio impulsada desde las autoridades municipales y desde el sector privado, como parte de una estrategia de ampliar los paquetes turísticos de promoción de su ciudad. Aunque existe una amplia diversidad de oferta turística, la mayoría se centra en las modalidades de turismo en espacio rural, agroturismo y ecoturismo, las cuales se explican a continuación.
Según Jorge Schaerer y Martine Dirven (Schaerer & Dirven, 2001), algunos conceptos por entender en materia de turismo rural, son:
- Turismo en espacio rural: es aquel que llevan a cabo residentes urbanos propietarios de residencias secundarias en la zona rural. Generan poco impacto en el empleo de la ruralidad y las rentas por lo general se quedan en la urbe.
- Agroturismo: Conjunto de servicios requeridos por visitantes y turistas, que desean adquirir la experiencia de conocer en terreno la explotación de forma sustentable de la naturaleza. Es de carácter grupal, se pernocta en hogares rurales y genera ingresos a las familias campesinas.
- Ecoturismo: Conjunto de servicios que permiten al excursionista o turista familiarizarse con la naturaleza en su estado original. Las visitas se generan por un máximo de un día, todo es planeado desde operadores turísticos de la ciudad y generan poco empleo e ingresos rurales. Según la ley 300 de 1996 (ley nacional de turismo), el ecoturismo es una actividad controlada y dirigida que produce un mínimo impacto sobre los ecosistemas naturales.
Otros conceptos por entender según la ley 300 de 1996 son:
- Etno-turismo: Es un turismo especializado que se realiza en territorios étnicos con fines culturales, educativos y recreativos.
- Acuaturismo: es una forma de turismo especializado que tiene como motivación el disfrute de los turistas de servicios de alojamiento, gastronomía y recreación, prestados durante el desplazamiento por ríos, mares y lagos.
No todas las principales ciudades en el mundo tienen la ventaja comparativa que tiene Bogotá de poseer una extensa zona rural donde se puedan implementar planes de turismo rural o ecoturismo. Cuando esto no es así, las grandes ciudades acuden a sus bordes limítrofes o a su área metropolitana para poder brindarle a sus ciudadanos y visitantes extranjeros planes conectados con la naturaleza.
Si hacemos un breve recorrido por otras ciudades capitales de Suramérica, observaremos que en estas se han implementado desarrollos de ofertas turísticas rurales promocionadas desde las autoridades municipales y el sector privado, incluso, aun cuando la ciudad capital no cuenta con paisajes y suelos rurales.
En el sur del continente, las ciudades capitales dependen de su área metropolitana y de sus regiones limítrofes para brindar un turismo de naturaleza. En Buenos Aires, por ejemplo, el eje del turismo rural es la provincia cercana de Las Pampas, región limítrofe de la capital de Argentina; en Santiago de Chile promueven institucionalmente a “Santiago Rural”, pero geográficamente todos esos destinos naturales se ubican en la región metropolitana de la ciudad, por ejemplo, las artesanías en Pomaire (a 50 km Santiago), Melipilla (a 60 km), los viñedos de Buin (a 35 km) y el cerro Cantillana en Paine (a 46 km).
Por su parte, en la capital uruguaya existe “Montevideo Rural y Natural”, pero el pueblo donde se ofrece el programa de turismo de aventura y rural es Santiago Vásquez (a 22 Km del centro), ubicado en la desembocadura del río Santa Lucia. En Asunción, lo más cercano al turismo rural son las estancias del departamento de Cordillera (a 50 km), la granja Oñondivemí (a 27 km) y la ciudad de Piribebuy (a 82 km)
Por otro lado, en la parte norte de Suramérica, las ciudades capitales tienen sus zonas de oferta turística rural más cercanas a la urbe. Por ejemplo, en Perú, en la provincia de Lima, se encuentran las rutas arqueológicas, el termalismo y alta montaña. En Lima centro figura el circuito turismo rural comunitario en la cuenca del Chillón, que va desde Santa Rosa de Quives, Canta y Obrajillo hasta San Miguel. En la zona Lima sur sobresale Aventura y naturaleza y la ruta del Pisco. Por su parte, en Quito, están las parroquias rurales, la cascada de San José de Minas y el Valle del Cumbaya a 10 km del oriente de la ciudad. En Caracas, a 22 kilómetros está Galipán, un poblado que desde hace años se perfila como alternativa turística de la ciudad ubicada en la frontera entre el estado de Vargas y Caracas.
Turismo rural y ecoturismo en Bogotá
La reciente discusión sobre las reservas ambientales y los nuevos planes de urbanización en la capital del país, han desviado la preocupación de otro futuro proyecto estratégico de la ciudad, que involucra un sendero de 82 kilómetros en los cerros que iría desde Usme hasta el sistema Torca-Guaymaral. Los senderos ecológicos bien planteados, entre muchas virtudes, facilitan el tránsito de los seres vivos a través de sus hábitats, disminuyen el aislamiento de comunidades, favorecen el asentamiento de especies nativas y su conservación, y en materia de turismo, aumentan la diversidad paisajística.
En virtud de esto, Bogotá cuenta con 122 mil hectáreas de suelo rural, zona donde confluyen ecosistemas de todo tipo, pues es posible encontrar cerros, llanuras, bosques, humedales, producciones agropecuarias, centros poblados, lagunas, parques, senderos, etc. A pesar de esta riqueza natural, poco se ha hecho para explotar esta ventaja que se tiene para fortalecer la diversidad de los servicios turísticos de la capital y en esencia el turismo rural, esto a sabiendas de que el tipo de turista que llega a la capital es motivado principalmente por los negocios, y un poco menos por ocio y diversión.
Por su posición geográfica, la capital del país tiene la ventaja de combinar un turismo de naturaleza con montaña, humedales y corredores ecológicos. Existe un claro potencial de turismo rural dado que las comunidades que viven en la ruralidad ven limitada la generación de ingresos por la vía de la producción agropecuaria. Según el Censo Rural de Bogotá realizado en 2013 por la SDDE, el 88% de las personas que viven en la ruralidad gana menos de un salario mínimo legal vigente y más de la mitad no se encuentra ligado a las actividades agropecuarias. Las pocas explotaciones que se dan, presentan serios conflictos: la papa y la ganadería, producciones predominantes en la ruralidad de Bogotá, generan conflictos con el uso del suelo para la conservación natural por su alto impacto ambiental; y la otras plantaciones que generan menor efecto, como la arveja o habas, sufren mucho con los cambios climáticos y adolecen de poca competitividad en el mercado.
Es por esto que Bogotá, siendo una ciudad enclavada en la montaña y rodeada de cerros en su borde oriental, tiene el potencial para desarrollar un turismo rural con una amplia gama de posibilidades de servicios: senderismo ecológico, escalada, agroturismo, camping, etc.
De hecho, toda la normatividad creada para el desarrollo del sector de turismo en la ciudad ha establecido directrices para desarrollar el turismo rural, de naturaleza o ecoturismo. Para empezar, en la Política Distrital de Turismo (Decreto 327 de 2008) se propone, en unos de sus lineamientos “implementar el ecoturismo y turismo rural en los alrededores de la ciudad siempre que se oferten facilidades de alojamiento y complementarias en cercanías al atractivo mismo por parte de las comunidades receptoras locales. (Lit. e Art 12)”. Así mismo, delega al Instituto Distrital de Turismo -IDT- “en coordinación con las entidades a que haya lugar, diseñará y ejecutará un programa de mejoramiento y mantenimiento de las condiciones de acceso y de señalización a los atractivos emblemáticos y de las tipologías ecoturísticas y turismo rural comunitario”. (Art. 20)
Adicionalmente, dentro del Plan Maestro de Turismo, se establece que “en el suelo rural del Distrito Capital de Bogotá, se promoverá el desarrollo de actividades de turismo rural, agroturismo y ecoturismo como principales tipologías de la actividad con espacios para su desarrollo en este suelo, bajo los conceptos definidos en la Ley 300 de 1996 para tales tipologías (Art. 11). Así mismo, uno de los programas estratégicos ya establecidos era el de “Reserva Forestal Bosque Oriental de Bogotá”, el cual establece como proyectos asociados al turismo, el camino de los cerros, y los santuarios de Monserrate y Guadalupe.
En la actualidad, si se consulta la página web del Instituto Distrital de Turismo[1], encuentra 12 rutas turísticas para Bogotá, de las cuales siete guardan relación con lo rural o la naturaleza, estas son: Bosque Izquierdo, Humedal la Conejera, Niza-Humedal Córdoba, Jardín Botánico, Santa María del Lago, Parque La Florida y Parque el Virrey. Cada ruta tiene su descripción y un mapa de ubicación.
En el portal también se puede ubicar la diversidad de la oferta turística de la ciudad, entre las cuales se encuentra el turismo de negocio, turismo accesible, fiestas y ferias, la agenda de la ciudad y además una sección de turismo sostenible. En este último, se destaca el desarrollo de proyectos asociados a las rutas agro-turísticas y tesoros naturales de la ciudad. Del primero, se indica que la ruta agro-turística La Requilina y la ruta Los Quiches “están enmarcadas dentro del segmento de turismo de naturaleza, y fueron planeadas como productos turísticos sostenibles, de acuerdo a los criterios generados la Organización Mundial de Turismo” (Instituto Distrital de Turismo).
El segundo proyecto, tesoros naturales, se enmarca en la categoría “de dar a conocer y sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de los atractivos naturales que hacen parte de la estructura ecológica principal de Bogotá, que son, el Páramo de Sumapaz, Jardín Botánico, Quebrada la vieja, Quebrada las delicias, Laguna Alar, Parque Entre Nubes y Parque Mirador de los Nevado.
Es muy importante el proyecto del sendero ecológico de los cerros, pues le crea un producto turístico adicional de alternativa a las comunidades rurales de la ciudad. No obstante, este proyecto debe tener un direccionamiento estratégico que involucre una mayor inversión en infraestructura, señalización, seguridad, una clara promoción publicitaria y, un aspecto fundamental: la participación de las comunidades.
El proyecto del sendero ecológico debe ser sostenible y amigable con la estructura ecológica principal, y para ello, debe ser bien gestionado el manejo de los visitantes, los guías, la educación ambiental y el manejo de las cargas del suelo.
Conclusiones
Es importante resaltar que, a pesar de que el turismo en la ciudad tiene una normatividad clara y con horizonte a largo plazo para el desarrollo del sector, cada gobierno de turno, y en especial, los de estos últimos 15 años, han direccionado al sector en función de sus intereses y con una clara descoordinación entre un gobierno y otro.
Dada las potencialidades y las bondades del suelo rural de la ciudad, el turismo rural se convierte en una alternativa para disminuir la carga que tienen las explotaciones productivas en la zona. Es por eso que el proyecto que involucra un sendero de 82 kilómetros en los cerros que irá desde Usme hasta el sistema Torca-Guaymaral, se convierte en un eje estratégico para catapultar el turismo rural de la ciudad, por consiguiente, es recomendable promover desde el distrito y desde la sociedad civil el concepto de turismo rural comunitario en la capital.
Para adelantar el proyecto, es indispensable establecer, por medio de una recopilación bibliográfica, un diagnóstico de campo y un estudio de valoración del potencial de los atractivos naturales y recursos turísticos de la ruralidad de Bogotá. Aunado a la identificación de los atractivos naturales, es fundamental recopilar los atractivos históricos (haciendas, casas rurales); los atractivos etnográficos (cementerios muiscas); y por último, los atractivos culturales (gastronomía, danzas, eventos culturales y académicos, etc.).
También es necesario que, a través de estudios de capacidad de carga y pre factibilidad, se puedan crear productos turísticos que converjan en rutas turísticas y que sean la base económica de las comunidades rurales involucradas en la actividad.
Por último, es muy importante evaluar algunas iniciativas que ya funcionan en la capital en materia de turismo rural, como las rutas turísticas de La Requilina y la ruta Los Quiches, iniciativas impulsadas desde el distrito a través del IDT. Así mismo, ver las experiencias de servicios turísticos desde las comunidades y que fueron apoyados por el distrito en el marco de la política pública de ruralidad, como el de la Asociación Turismo Rural Comunitario de Ciudad Bolívar.
Referencias
Aguilera, M, et al. (2006). Turismo y desarrollo en el Caribe colombiano. Documento de trabajo n°79. Documentos de Trabajo sobre economía regional. Departamento Nacional de Planeación. Noviembre de 2006.
Benavides, S. (s.f.). Obtenido de http://www.revistas.una.ac.cr/index.php/economia/article/view/635
Bremner, C. (2013) Top 100 Cities Destination Ranking. Euromonitor International. Recuperado de:
http://blog.euromonitor.com/2013/01/top-100-cities-destination-ranking.html
Departamento de Geografía y Medio Ambiente de Universidad de Ginebra (2014).El Turismo en las Regiones de Montaña. Esperanzas, temores y realidades. Serie sobre el desarrollo sostenible de las regiones de Montaña. 2014.
Euromonitor International. (s.f.). Obtenido de http://blog.euromonitor.com/2015/01/top-100-city-destinations-ranking.html
Instituto Distrital de Turismo. (s.f.). Obtenido de http://www.bogotaturismo.gov.co/turismo-sostenible
Instituto Distrital de Turismo. (Diciembre de 2011). Obtenido de http://www.bogotaturismo.gov.co/sites/default/files/Documento_tecnico_de_soporte.pdf
Moncayo, J. Et al. (2014). Estimación de la contribución al PIB y al crecimiento económico de Bogotá. Documento técnico del Observatorio de Turismo de Bogotá de IDT. pp45.
Organización Mundial del Turismo. (s.f.). http://www2.unwto.org/es/content/por-que-el-turismo.
Peñalosa, E. (2015). Obtenido de Programa de gobierno coalición equipo por Bogotá del actual alcalde Bogotá Enrique Peñalosa
Schaerer, J., & Dirven, M. (2001). Obtenido de http://archivo.cepal.org/pdfs/2001/S0111940.pdf
UNCTAD, (2013). Turismo sostenible: contribución del turismo al crecimiento económico y al desarrollo sostenible. Nota temática preparada por la secretaría de la UNCTAD. Pp. 16.Recuperado de: : unctad.org/meetings/es/SessionalDocuments/ciem5d2_sp.pdf
Planes de desarrollo
Plan de Desarrollo Bogotá para vivir todos del mismo lado, 2001- 2003.
Plan de Desarrollo Bogotá sin indiferencia 2004- 2008.
Plan de Desarrollo Bogotá Positiva: Para vivir Mejor 2008-2012.
Plan de Desarrollo Bogotá Humana, 2012- 2016.
Normas
Ley 300 de 1996. "Por la cual se expide la ley general de turismo y se dictan otras disposiciones". Recuperado de:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=8634
Decreto 327 de 2008. "Por el cual se adopta la Política Distrital de Turismo para Bogotá, D.C. y su zona de influencia Región Capital". Recuperado de:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=33044
Decreto 664 de 2011. "Por medio del cual se adopta el Plan Maestro de Turismo para Bogotá, D.C." Recuperado de:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=45173
Decreto 064 de 2011. "Por el cual se formula la política Distrital de Productividad, Competitividad y Desarrollo Socioeconómico de Bogotá D.C." Recuperado de:
http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=41651
[1] http://www.bogotaturismo.gov.co/en/instituto-distrital-de-turismo-idt-ing
El sector turismo representa una gran oportunidad para el desarrollo económico y social de la ciudad. “Tiene un gran potencial para reforzar y mejorar, con sus atractivos y servicios, la calidad en la acogida; sin embargo se observan limitaciones en sus facilidades elementales para transformar ese potencial y generar ventajas competitivas, que consoliden su condición atractiva y se logre así motivar a los viajeros no solo a venir sino a incrementar su permanencia.†(Enrique Peñalosa, 2015)