Precios e impacto del paro camionero en Bogotá
Precios e impacto del paro camionero en Bogotá
Haciendo un recorrido de la historia reciente, en el país se han realizado 15 paros de transportadores de carga en los últimos 15 años, es decir, en promedio un paro por año. Más allá de esta dinámica de tire y afloje entre las partes; de una bolsa repetitiva de peticiones (aumento de fletes, rebaja en combustible, sobreoferta de camiones; inseguridad, etc.,); y de unos acuerdos sin cumplir, pues anualmente siempre se discute lo mismo; por lo gene-ral, quien padece los efectos de un paro de transportadores de carga es, por un lado, el sector de comercio que abastece un bien o servicio y ve mermada sus ventas; por otro, los transportadores de carga que aducen al finalizar las negociaciones millonarias pérdidas; y por último, el consumidor, por cuanto el paro se ha convertido en un incentivo perverso para especular con los precios de los productos de consumo de la canasta básica en general.
En virtud de lo anterior, esta editorial hace énfasis en el impacto que tuvo el más reciente paro camionero en el país respecto al abastecimiento de alimentos en la ciudad de Bogotá, así tratar de tener un acercamiento a la magnitud del posible impacto que tendrá en el costo de vida en el mes de marzo en la capital. Vale la pena aclarar que, a pesar de que muchos bienes y servicios se ven afectados por un cese de transporte de carga, se analiza el sector de los alimentos por competer a una necesidad de consumo diaria de los hogares y representar en promedio el 28% del gasto mensual de los hogares en la ciudad.
El paro que concluyó la tercera semana del mes de marzo dejó tres situaciones: Primero, la papa y la arveja fueron los dos productos que mayores alzas durante el paro, tanto así que el alza de precios se tradujo en la misma proporción a los consumidores. Segundo, que en algunos productos de interés, como las frutas y hortalizas, a pesar que los precios al por mayor y la oferta mayorista fue estable durante esos días, los precios al consumidor registraron importantes alzas en algunos puntos de la ciudad. Por último, el paro tendrá importantes efectos inflacionarios en la ciudad en el mes de marzo, pues los alimentos que más aumentaron de precio (arroz, papa y arveja) contribuyen en demasía al gasto recurrente de los capitalinos y en el año son los que mayor han aportado a la inflación del Distrito en este 2015.
Como orden lógico y metodológico, primero se expone un análisis cualitativo de segui-miento del paro en los medios comunicativos, esto con el fin de percibir qué alimentos durante el paro eran menester de mayor seguimiento en cuanto a oferta alimentaria y pre-cios. Seguidamente se observan los índices de precios mayoristas de los alimentos en la plaza central de Corabastos, observando la dinámica de los precios en los primeros meses de este año, y contrastado este mismo periodo con los años 2014 y 2013. Como complemento, se exponen los resultados de un sondeo estadístico que se realizó durante el paro camionero y posterior al mismo, en diferentes establecimientos que distribuyen alimentos en distintos puntos locales de la ciudad, sobre el impacto del paro camionero en los precios al consumidor de los alimentos objeto de análisis.
Sobre el paro camionero y el abastecimiento de alimentos
Durante los días del paro la central mayorista Corabastos, máxima despensa abastecedora de alimentos de Bogotá y del país, mostró señales de un normal abastecimiento en la mayor parte sus productos comercializados; no obstante, se recalcaron deficiencias en el abastecimiento de algunos productos como el arroz, papa y arveja. Prueba de lo anterior, se percibe en los comunicados sobre el paro de transporte, presentes en los medios virtuales que hicieron seguimiento a la comercialización de alimentos en Bogotá durante el periodo del paro (23 de febrero- 19 de marzo).
En consecuencia, haciendo un minucioso seguimiento de las redes que informaron sobre el abastecimiento de alimentos en la plaza de Corabastos (@CorabastosSA y @EmisorasPolicia) se pudo constatar que las alertas negativas sobre aumentos de precios y escasa oferta en la central mayorista predominaron para los productos de papa, arroz y arveja. Seguidamente, otros productos como el limón tahití, arracacha, maracuyá y haba verde sabanera, presentaron, según estos comunicados, señales de poca oferta en los días de paro de transportadores de carga.
Por otro lado, los productos que mostraron señales positivas de aumento de oferta y precios bajos fueron hortalizas como la cebolla larga, el tomate, el brócoli y la acelga, entre otras. En el grupo de las frutas, la piña y la mora fueron las de mayor resonancia en cuanto a un aumento de la oferta. Además, durante el cese de carga nacional, los sucesivos partes de normal abastecimiento en la central mayorista fueron predominantes en los medios de comunicación.
Panorama de los precios mayoristas en Bogotá
Como parte de la metodología en este análisis, se seleccionaron algunos productos básicos de la dieta alimentaria de la ciudad. La selección de un producto u otro, dependió del análisis de redes explícito en el ítem anterior y de la importancia de cada producto en la canasta de consumo regular de los habitantes de la ciudad. En este sentido, para el análisis de precios mayoristas, así como para el sondeo de precios al consumidor, los productos objeto de análisis fueron: papa, plátano, arroz, arveja, cebolla, mora, entre otros.
Tubérculos: Según el calendario de cosechas agrológico y de cosechas que ma-neja la plaza mayorista, los meses de enero, febrero y marzo, periodo que coincide con el inicio y fin del paro, la papa tiene oferta media de abastecimiento, disminuyendo la oferta en abril y mayo. En estos mismos meses, el plátano verde es de oferta alta, donde la ma-yor parte proviene de Antioquia y Córdoba, Huila y santanderes.
En el caso de la papa, contrastando los primeros meses de los últimos tres años, el índice de precios de la papa pastusa, variedad más común en el mercado, presentó ligeras alzas en las semanas durante el paro de transportadores. El kilo de papa logró alcanzar cotiza-ciones de $1.500 y $1.700 durante el paro, registrando variaciones respecto al primer mes del año hasta del 50%. No obstante, teniendo presente el comportamiento de los precios en años anteriores y el ciclo de abastecimiento y cosechas, para el mismo periodo la papa pastusa siempre registra alzas en sus precios, tal y como se observa en la gráfica dos.
Por su parte, la variedad sabanera, ampliamente consumida en los hogares de la capital, presenta la misma tendencia que la anterior variedad, con alzas de precios durante el ter-cer mes del año. Haciendo el balance con periodos anteriores, mientras en 2014 (sin paro) la papa sabanera presentó alzas de alrededor de 75% en sus precios al mayorista, en este año, la variación de precios fue 40%, lo que hace prever una mejora en el abastecimiento de este producto antes de suceder el paro.
El otro producto analizado es el plátano hartón verde. Durante las cuatro semanas del paro este producto presentó alzas del 30% en sus precios mayoristas. Sin embargo, sin tener ninguna relación con la temporada (que es de alta cosecha), los precios en este periodo presentan alzas. El año anterior, el alza en el precio mayorista del plátano fue de 50% en los primeros meses de año.
Algo que se evidencia en el indicador de precios, es que los precios del plátano, que du-rante el paro alcanzaron cotizaciones de $1.300 el kilo, en la semana cuatro del mes de marzo presentan un descenso en su precios, tal y como paso en años anteriores.
Hortalizas y legumbres: Para el análisis se seleccionó la arveja, la cebolla y el tomate dentro de este grupo. Todas hacen parte del consumo básico de los hogares en la ciudad. Según el calendario de cosechas agrológico y de cosechas que maneja la plaza mayorista, la arveja verde presenta en enero, febrero y marzo un oferta alta proveniente principalmente de Antioquia, Boyacá, Nariño y santanderes. La cebolla larga (junca) Bo-yacá, Nariño y Norte de Santander buena oferta los primeros meses del año, y el tomate con oferta media en enero y febrero y aumento de la oferta en marzo.
La arveja verde fue foco de noticias sobre su poco abastecimiento en plazas y locales de comercio cercanos al consumidor. El kilo alcanzó los $4.000 a comienzos del mes de marzo. Por lo general, los precios de la arveja se mantienen estables a inicios de cada año, no obstante, en los últimos años se ha visto incremento de cotizaciones a finales de febrero e inicios de marzo, con disminuciones a finalizar el tercer mes del año. Respecto a enero, el incremento del precio mayorista de la arveja en la tercera semana de marzo en plazas mayoristas fue 41%, diferenciándose de los años anteriores, donde el precio de esta leguminosa presentó disminuciones en promedio de 20% en sus cotizaciones.
En síntesis, en 2015, la arveja presenta un incremento inusual de su índice de precios, pues la variación indica incrementos positivos que responden a la poca oferta proveniente de Nariño y por supuesto, el paro de carga terrestre.
En el caso de la cebolla larga, el máximo volumen de esta hortaliza que llega a Bogotá proviene de Boyacá. Específicamente, este producto tiene en casi todos los meses del año una oferta permanente en las plazas mayoristas, incluso en los primeros meses del año presenta un alta oferta por lo que sus precios tienden a disminuir. Como se observa en la gráfica seis, el crecimiento del índice de precios de la cebolla presenta una dinámica decreciente en los primeros meses del año, sin embargo, en el periodo del paro, en la segunda semana del mes de marzo, la hortaliza empezó a registrar alzas en los precios al por mayor de hasta 20%.
Frutas: Siguiendo el calendario de cosechas agrológico y de cosechas que maneja Corabastos, en los primeros meses del año, la mora castilla y la naranja presentan ofertas medias en cuanto al abastecimiento mayorista. Esto nos permite aseverar que los precios de estas dos frutas en particular presentan alzas de precios a comienzos de año, así se evidencia en la gráfica siete. Sin embargo, para el caso de la mora castilla, durante el paro y en el mes de marzo en particular, los precios de esta fruta disminuyeron, gracias, claro está, a la oferta proveniente de municipios cercanos en el departamento de Cundi-namarca.
Sondeo: Impacto del paro de transportadores de carga en los precios al consumidor
Dada la poca disponibilidad de información sobre los precios al consumidor de los princi-pales alimentos de la canasta básica y su desagregación a nivel de ciudad, el Observatorio de Desarrollo Económico se dio a la tarea de indagar bajo la modalidad de sondeo en distintos puntos geográficos de la ciudad y en diferentes establecimientos (tiendas de ba-rrio, mini-markets, carnicerías, restaurantes, superettes, fruterías, etc), el precio de algu-nos alimentos básicos de la canasta de consumo. El proceso de recolección, que fue de carácter telefónico, tuvo como objeto central indagar los efectos del paro camionero en el precio al consumidor de los alimentos. En este grupo de alimentos se incluyen los frescos analizados en el inciso anterior, adicional, algunos lácteos como la leche y queso, cárnicos, huevos, e incluso, fue objeto de la muestra el almuerzo, con el fin de obtener la percepción de los restaurantes respecto al paro de transportes.
La indagación de los efectos del paro se hizo teniendo como referencia tres momentos: precios antes del paro, precios en el paro, y precios posteriores al paro. Este ejercicio es un termómetro para medir los impactos que tendrán los aumentos de precios en los alimentos en la dinámica del costo de vida de la ciudad, más aun, cuando alimentos representa el 28% del gasto promedio mensual de un habitante de la ciudad.
El momento de algidez del paro fue la semana dos y tres del mes de marzo. Del total de locales objeto de la muestra (46 establecimientos), el 70% afirmó verse afectado por el paro, relación que se arguye a las dificultades para conseguir alguno de sus productos que vende en su negocio. En estos establecimientos, la papa fue el alimento de mayor resonancia al momento de indagar por el producto de mayor escasez en sus locales, se-guido de la arveja, arroz y, en el caso de las carnicerías, la carne de res.
“En la papa y el plátano, lo aumentos del precio al por mayor, fueron similares a los aumentos del precio al consumidor”
En el caso de la papa, la variedad ‘pastusa’, por ejemplo, en los puntos de expendio de la localidad de Usaquén el kilo pasó de venderse de $1.400 el kilo antes del paro a $2.400 el kilo durante la tercera semana del paro, es decir, aumento de 71%. En otro punto de la ciudad, en Bosa y Ciudad Bolívar, el precio por kilo de papa varió en menor proporción, pues se vendió al público antes del paro a $1.400 el kilo y se situó en el cese de transportes en $2.000, es decir aumento de 43%. Un aspecto a resaltar es que los márgenes de aumento de los precios al por mayor de la papa en la central de abasto debido a la coyun-tura del paro (que aumentó 50%), se trasmitió al consumidor en la misma proporción, mostrando una mayor brecha en las áreas de la ciudad situadas en el norte, por la distan-cia y costos de transporte en que se incurre.
Por su parte, la papa sabanera, que registró variaciones de 40% en sus precios mayoristas en el periodo del paro, que se tradujo en aumentos de 50% y 60% en los precios al consumidor según la localidad observada. Por ejemplo, en Usaquén la variedad sabanera paso de venderse de $1.600 a $2.600 el kilo; en Bosa de $1.400 a $2.600 el kilo; y en Puente Aranda, de $2.000 a $3.000 el kilo.
El caso del plátano verde es muy similar a la papa. Los aumentos de 30% percibidos du-rante el paro en sus precios mayoristas se transmitieron de forma indistinta al consumidor. En la localidad e Rafael Uribe Uribe el kilo del plátano pasó de $1.600 a $2.100 (variación positiva de 31%), y en Ciudad Bolívar de $1.600 a $2.000 (variación 25%). En otro punto de la ciudad, en Usaquén, el kilo de plátano aumentó de $2.000 a $2.600 o $2.800, es decir, aumentos de 30% y hasta del 40%.
“Aunque los precios de la arveja se mantienen estables a inicio de cada año, en 2015 se presentaron incrementos dada la poca oferta proveniente de Nariño y el paro de transportes de carga"
Los aumentos en la arveja verde fueron de más de 50% en los precios al consumidor du-rante la temporada de cese de carga. Este periodo, como se mencionó anteriormente, coincidió con la finalización de cosechas en zonas de producción, en especial la disminu-ción de la oferta proveniente de Nariño, departamento que aporta cerca del 60% de la arveja que llega a la ciudad. Alrededor de la tercera semana del paro esta leguminosa registró cotizaciones de $5.000 y hasta $6.400 el kilo en la localidad de Usaquén.
Por otro lado, en Bosa, Puente Aranda, Teusaquillo y Rafael Uribe, el kilo se vendió a un precio de $5.000. En Engativá el kilo de arveja se cotizó en $5.800. Como conclusión, aunque los precios mayoristas mantienen una tendencia contraria a la de los años anterio-res, el impacto del incremento en los precios en plazas mayoristas, se tradujo en la misma o similar proporción a los precios al consumidor.
La cebolla junca o larga en Bogotá tiene como máximo oferente el departamento de Bo-yacá. Durante el paro esta hortaliza registró importantes aumentos de hasta 70% en dife-rentes puntos geográficos de la ciudad. No obstante, este aumento no guarda relación con los aumentos de 20% que se percibieron en los precios al por mayor la tercera semana de marzo y ultima del paro. Aunque el departamento que provee la oferta de cebolla larga está relativamente cerca, en Usaquén, la cebolla larga se cotizó a $2.400 el kilo durante el paro, precio que antes era $1.400, es decir un aumento de 71%. En Bosa se presentó el mismo incremento con los mismos valores de precios descritos.
En Puente Aranda, el kilo de cebolla larga incrementó 50% durante el paro, pasando de $2.000 el kilo a $3.000 en el periodo de paro. En Rafael Uribe, el incremento fue 30%, cotizándose la cebolla larga a $2.600 el kilo al consumidor.
En cuanto a la cebolla larga, los mensajes que informaron buen abastecimiento de esta hortaliza, no fueron a la par de las dinámicas alcistas de los precios al por mayor, y mucho menos, con las alzas inusitadas de los precios al consumidor en las diferentes localidades.
El tomate chonto, variedad a la cual se le hizo seguimiento, viene la mayor parte de Boya-cá, y otra pequeña parte de Huila y Quindío. En las plazas mayoristas el precio del tomate aunque presentó importantes aumentos a comienzos de año, producto de la escaza oferta, durante los días del paro los precios no registraron aumentos significativos (2%). Por al contrario, en los establecimientos a los cuales se les hizo el sondeo, el tomate si presentó alza de precios. En Usaquén, el tomate incrementó el precio de venta al consumidor de $1.400 a $2.400 el kilo (variación de 71%). En Bosa, esta hortaliza tuvo un aumento de 67%, pasando de $1.200 a $2.000 el kilo, mientras que el referente del precio de venta en Puente Aranda registró un aumento de 70%, de $2.000 a $3.400 el kilo.
Como particularidad, mientras la central de abastos anunciaba una buena oferta de tomate en Bogotá y los precios al por mayor presentaban disminuciones o aumentos muy mar-ginales en los días de paro, los precios al consumidor en los diferentes puntos locales de venta en la ciudad presentaban importantes incrementos.
En el caso de algunas frutas como la naranja y la mora en distintos puntos de venta al por menor de la ciudad presentaron alzas durante el paro. Por ejemplo la primera presentó cotizaciones de 2.400 el kilo durante ese periodo, aumentando 20% respecto a los prime-ros meses del mes. Esta misma fruta en Engativá se transó en $1.700 el kilo con varia-ciones del 70%. En el caso de la mora castilla, en Usaquén un kilo al consumidor costaba $3.800, con aumentos de hasta 58% respecto a enero; mientras que en Bosa el aumento del precio al consumidor fue 31%, con una cotización de $3.400 el kilo.
Como caso particular, mientras la mora en las plazas de mercado reportaba buenos sín-tomas de oferta, en las tiendas, por lo general, los precios tendían a incrementarse durante el paro de transportadores de carga.
“El arroz sigue en alza”
Muchos factores explican o se conjeturan acerca del mercado del arroz a nivel nacional. Poca oferta, desabastecimiento nacional, especulación, etc. Con todo, el paro de trans-portes fue un motivo más para que los precios de este producto presentaran alzas en sus precios al por mayor y al consumidor. Según el sondeo realizado, el arroz fue el tercer producto que los establecimientos indicaron escaseaba en sus estantes y/o góndolas.
Casos a mostrar, el kilo de arroz se situó durante el paro en $4.000 en Usaquén, a $3.600 en Suba, $4.000 en chapinero, $3.600 en Kennedy, y $3.800 en Rafael Uribe, Engativá y Fontibón. El alza promedio del arroz durante los días del paro camionero en promedio fueron del 20% al 30%. Posterior al paro, se pudo indagar, en los mismos establecimientos, la carencia de este producto, y una leve rebaja en el precio que aún no compensa las alzas en el precio de todo el año. Todo indica que este producto seguirá marcando el alza en el costo de costo de vida de la ciudad, tal y como lo hizo en enero y febrero.
Acompañando el arroz, el frijol también tuvo importantes incrementos de precios al con-sumidor durante el paro. En Usaquén, el kilo costó $7.600 (aumento de 12%); en Chapi-nero $7.800 (aumento de 63%), Suba, $7.600 (aumento de 19%), Kennedy $8.200 (au-mento de 24%), Rafael Uribe $7.200 (aumento de 44%). Se pudo constatar que los pre-cios del frijol se mantuvieron en los días posteriores al paro de transportes.
“El huevo subió $50”
En promedio, durante los primeros meses de este año el huevo (tamaño AA) registró un precio en plazas mayoristas de $240, manteniendo este valor antes y durante el paro. Aunque la cadena de distribución de este alimento no tiene como referente el precio de la plaza de mercado mayorista, pues hace parte de un flujo diferente de interacciones co-merciales, el precio aquí descrito y su estabilidad evidencia señales de una oferta estable de este producto por lo menos al por mayor.
No obstante, los precios al consumidor de este alimento registró un alza de $50 en la ma-yor parte de los establecimientos que hicieron parte del sondeo, incremento que en térmi-nos porcentuales fue del 20%. En efecto, en los distintos puntos de toma de información el huevo AA presentó un alza de $250 a $300 durante el paro, manteniéndose este precio para los días recientes.
“La leche y el queso mantuvieron sus precios al consumidor”
Uno de los principales resultados del sondeo a los establecimientos distribuidores de ali-mentos fue que tanto el queso doble crema, como la leche, en distintas presentaciones, no variaron sus precios durante el paro de transportes. Por ejemplo, respecto a este último producto, el megalitro en Usaquén se mantuvo en $2.700, el litro en Rafael Uribe y Suba se mantuvo en $1.900 y en Fontibón a $2.000
Igual situación para el queso doble crema. El cuarto de libra en Usaquén, Kennedy, Rafael Uribe, San Cristóbal, Engativá y Fontibón, osciló en el rango de $1.500 y $1.700, sin cambio importantes antes y durante el paro de transportes.
“Los restaurantes no incrementaron el precio de sus cartas”
Siendo unos de los principales puntos de consumo de alimentos en la ciudad, el sondeo estadístico llegó hasta el sector de los restaurantes para preguntar por los efectos del paro en el precio de los almuerzos. Es de recordar que este gasto básico mensualmente presenta importantes contribuciones en las mediciones del costo de vida de la ciudad.
En el proceso de indagación se preguntó por el precio del almuerzo corriente, y la conclu-sión generalizada de este sector es que a pesar de escasear algunos productos objeto de compras diarias y del aumento del precio en otros, el sector no aumentó los precios, aun-que, la mayor parte si arguyó que los efectos si se reflejan en una menor cantidad propor-cional de cada alimento en el plato de sus clientes.
Conclusión
A modo de conclusión, resulta trascendental analizar los impactos de las coyunturas de ceses de carga de transporte a nivel nacional respecto al abastecimiento de la ciudad, más aun cuando ésta depende en gran medida de los flujos productivos provenientes de otras regiones del país. Sin embargo, la mira puesta solo en las centrales de abasto deja un gran vacío, la situación del consumidor. Es esto lo destacable en este análisis. Pues se muestra con un sencillo ejercicio de sondeo, cómo en algunos puntos geográficos el paro impacta el bolsillo ciudadano a causa de la poca oferta de un producto, por ejemplo, la papa y la arveja. De igual manera, evidencia un fenómeno poco materializado y analizado económicamente que es aumentar el precio de un producto así las señales de mercado indiquen que se cotiza a bajos precios, como sucedió con la cebolla y algunas frutas.
Por otra parte, el reciente paro tendrá importantes efectos inflacionarios en la ciudad en el mes de marzo, indicador que viene en alza en enero y febrero a causa, no siendo la única, del incremento del precio del arroz. Como complemento en marzo, los alimentos que más aumentaron de precios durante el paro; arroz, papa y arveja, contribuyen en demasía al gasto recurrente de los capitalinos, esto hace que el impacto sobre el índice de precios al consumidor sea muy preponderante para la determinación del costo de vida.
Análisis del impacto que tuvo el más reciente paro camionero en el país respecto al abastecimiento de alimentos en Bogotá, para así tratar de tener un acercamiento a la magnitud del posible impacto que tendrá en el costo de vida en marzo en la capital.