¿Dónde se registran los mayores incrementos en los precios de los alimentos?
¿Dónde se registran los mayores incrementos en los precios de los alimentos?
El precio de los alimentos es sin duda, uno de los aspectos más relevantes para los habi-tantes de una ciudad y en esa medida objeto de las políticas públicas, tanto del orden na-cional como local. En este sentido, cobra especial relevancia indagar por los factores que inciden en la conformación de estos precios, teniendo en cuenta las características de los mercados de alimentos, caracterizados por múltiples imperfecciones, principalmente rela-cionadas con la excesiva intermediación, problemas de transporte y logística, ausencia de información relevante, entre muchos otros aspectos. Uno de los componentes de los pre-cios de los alimentos corresponde al margen de intermediación a lo largo de la cadena de producción y distribución, aspecto que constituye un insumo fundamental a la hora de diseñar políticas de intervención que incidan en un menor precio para el consumidor final y al mismo tiempo garanticen la rentabilidad y sostenibilidad para el productor agropecuario.
En 2014, en Bogotá productos como la papa, la naranja y el plátano incrementaron sus precios al consumidor en 57%, 24% y 16% , respectivamente. Considerando que los ante-riores productos se encuentran entre los más consumidos por los hogares bogotanos según cálculos del Observatorio de Desarrollo Económico (ODE) de la ciudad, resulta importante entender qué factores inciden en estas alzas, y si además de variables climáti-cas, baja producción y otras tantas problemáticas asociadas a la cosecha, existen altos niveles de intermediación, e incluso, de especulación.
En este sentido y considerando que el Plan Maestro de Abastecimiento y Seguridad Ali-mentaria de Bogotá tiene entre sus objetivos el de asegurar la nutrición a precio justo , es importante identificar aquellos puntos en la cadena de distribución que deben ser interve-nidos para mejorar el acceso a los alimentos de la población, especialmente de aquella que carece de recursos suficientes para adquirirlos. Por esta razón, el ODE con información del DANE, diseñó una metodología que permitió analizar los precios de siete productos agrícolas de los cuales se tiene información para 2013, a fin de establecer los márgenes de comercialización que se presentan entre el productor, el mayorista y el minorista, que sirvan de soporte para futuras investigaciones y profundicen las indagaciones presentadas en la presente nota, además de servir como insumo para decisiones en materia de política pública.
Entre los principales hallazgos del presente ejercicio, se evidencia que aunque los fletes son más caros entre el productor y el mayorista, los mayores márgenes netos de comer-cialización se encuentran entre el mayorista y el minorista, es decir, que mientras que entre los primeros el margen es en promedio 29%, entre el mayorista y el minorista es alrededor de 36%, lo cual evidencia que los factores que generan los mayores incrementos en el valor final de los productos son diferentes al transporte.
En detalle, el presente documento se encuentra dividido en tres partes. En la primera, se expone la metodología utilizada para el cálculo de los márgenes, las fuentes de informa-ción y las limitaciones de la misma. La siguiente presenta los resultados generales, lo mismo que un análisis de la información producto por producto. Finalmente, se presentan algunas conclusiones y recomendaciones del ejercicio.
Aspectos metodológicos
La información disponible acerca de los márgenes de comercialización de los alimentos es escasa, toda vez que recoger información de toda la cadena de distribución es bastante dispendioso, pues no se tiene certeza acerca del número de intermediarios que participan y este varía dependiendo del producto, la región, entre otros factores.
De este modo, el ejercicio que se presenta en este documento se construyó a partir de la recolección de los precios de siete alimentos agrícolas incluidos en la canasta básica de alimentos definida por el DANE (cebolla cabezona, naranja, papaya, plátano hartón, ba-nano, papa y yuca), de los cuales se tenían registros de los precios de venta del productor, el mayorista y el minorista. Cabe resaltar que el ejercicio es una primera aproximación al fenómeno, debido a que los momentos en que se tomaron los precios pueden ser dife-rentes .
La información de los precios se tomó de la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) del DANE, para el caso de los precios del productor y del Sistema de Información de Precios del Sector Agropecuario (SIPSA) para los precios mayoristas En el caso de los precios minoristas se hizo una estimación a partir de los registros del gasto y cantidades de los productos, obtenida a partir de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos (2006-2007) y actualizados a 2013 con el índice de Precios al Consumidor de cada producto.
Asimismo, para el cálculo de los márgenes netos, se estimaron dos tipos de fletes uno externo, que mide los costos de llevar el producto desde el sitio en que se produce, hasta el centro mayorista (Corabastos) ; y otro interno, que dimensiona lo que vale, en promedio, llevar el producto desde Corabastos hasta la red de distribución minorista (tiendas de barrio, fruver, minimercados, etc.).
Aspectos generales
Entre las razones que explican la dinámica de los precios, se pueden distinguir desde aquellas inherentes al producto como los costos de producción; factores exógenos como el clima y las políticas agropecuarias (subsidios, etc.) y aquellos relacionados con la dis-tribución. Generalmente, son estos últimos los responsables de los mayores precios de un producto, ya que se caracterizan por incluir actividades que no generan ningún valor al mismo y que por el contrario sólo lo encarecen y que finalmente debe cubrir el consumi-dor.
Lo anterior, se conoce comúnmente como canales de distribución y varían de acuerdo al producto. Sin embargo, para efectos analíticos la presente nota asume el siguiente es-quema de distribución, omitiendo algunas variantes que se puedan presentar en el nivel de intermediación:
Partiendo del esquema anterior la información recolectada permite identificar los puntos de la cadena en los cuales se generan las mayores variaciones en los precios de los ali-mentos, así como la participación de los gastos en transporte en el valor final de cada producto. En este sentido, aunque los fletes son más caros entre el productor y el mayo-rista, los mayores márgenes netos de comercialización, para los siete productos analiza-dos, se encuentran entre el minorista y el mayorista, es decir entre los primeros el margen en promedio es 29%, entre el mayorista y el minorista, asciende a 36%.
Particularmente, por producto la papa presenta el mayor margen neto de comercialización entre el productor y el mayorista, seguido del banano. La papaya es el producto con mayor margen entre el mayorista y el minorista, lo mismo que entre el productor y el minorista. Situación similar se presenta con la cebolla cabezona.
Márgenes de comercialización por producto
En enero de 2013, el precio del productor de la cebolla cabezona se encontraba en $621 por kilogramo y al cierre (diciembre) del mismo año, el precio se situó $767/kg, lo cual representa un aumento de 23,5% en 2013. Por su parte, el precio mayorista pasó de $963/kg a $1.095kg, reflejando un cambio de 13,7%; mientras que el minorista varió en 7,2%, al pasar de $1.911 por kilogramo a $2.049 en el mismo periodo (Ver gráfica 2).
Mientras que el margen de precios neto entre el mayorista y el productor se ubicaba en promedio en 2013 en 24%, entre el minorista y el mayorista representaba cerca de 50% y entre el minorista y el productor 62,6%. Particularmente, en el año, el incremento promedio en el precio de la cebolla cabezona entre el productor y el mayorista fue de $231; entre el minorista y el mayorista la misma cifra ascendió a $978, descontando en los dos casos el costo de transporte. Lo anterior indica que el margen de comercialización neto en el primer eslabón fue de 24,4% y en el segundo (mayorista-minorista), ascendió a 50,7%.
La gráfica anterior muestra claramente este comportamiento, al evidenciar la amplia bre-cha desde el productor y el mayorista, hasta el minorista, siendo este último mucho más sensible a los cambios en los precios generados en la parte inicial de la cadena. Efecti-vamente, se observa que entre julio y agosto aumentan los precios en los tres grupos, pero se refleja en mayor proporción en los precios del minorista, que incluso un mes después (septiembre) continúa aumentando el precio, en tanto que los precios del productor y el mayorista caen.
La naranja es un fruto que se produce en 19 departamentos del país, sin embargo, en 2013, 55% de la oferta que ingresó a Bogotá era originario de los departamentos de Cal-das, Meta y Quindío .
De otra parte, la gráfica 3 muestra que existe una relación directamente proporcional entre los precios del productor, el mayorista y el minorista. En este sentido, mientras que en enero de 2013, el precio del productor de la naranja se encontraba en $629 por kilogramo, al finalizar el año, esta cifra se situó en $558/kg, lo cual representa una disminución de 11,3%. Por su parte, el precio mayorista registró una mayor caída (-24,3%), al pasar de $1.053/kg a $797kg. Igualmente, en enero el precio minorista por kilo de la naranja era de $1.667/kg, y en diciembre descendió a $1.306/kg, es decir, cayó igualmente 21,6% duran-te el año.
En consecuencia, mientras que el margen de precios neto entre el mayorista y el productor se ubicaba en promedio en 2013 en 26%, entre el minorista y el mayorista representaba cerca de 38% y para el conjunto de la cadena (minorista-productor) alcanzó el 54%.
Pese a que los precios de la naranja se mantuvieron a la baja durante 2013, el margen neto de comercialización entre los actores de la cadena mantuvo su proporción principalmente entre el productor y el mayorista. Por el contrario, la diferencia en los precios entre el minorista y el mayorista reacciona de manera más abrupta a la variación de los precios, tal como se muestra en la gráfica 3, particularmente entre abril y junio y el mes de sep-tiembre.
En el caso de la papaya, en 2013 comenzó con un precio de $691 por kilogramo para el productor, mientras que para el mayorista fue de $983, llegando a un precio minorista de $2.331, mostrando a lo largo del año una tendencia al alza. Al cerrar diciembre estos mismos precios se ubicaron en $1.013, $1.447 y $2.612, respectivamente.
En detalle, el incremento anual de los precios de la papaya fue 46,6% para el productor, que pasó de 691/kg en el inicio del año a $1.013/kg en diciembre; 47,2% para el mayorista que en enero era de $983/kg y cierra el año con un valor de $1.447/kg; y 12% para el minorista al pasar de $2.331/kg a $2.612/kg en los mismos periodos.
En este sentido, el margen de precios neto entre el mayorista y el productor para este producto se encuentra en promedio en 22%, mientras que entre el minorista y el mayorista es de 56,4 y entre el minorista y el productor de 66,2%.
Para el caso del plátano hartón, 2013 comenzó con un precio promedio del productor de $621 por kilogramo, $960 para el mayorista y $1.450 para el minorista y cerró en diciem-bre a $776, $1.108 y $1.504, respectivamente. Lo cual refleja una tendencia a lo largo del año de relativa estabilidad al cierre del ejercicio de observación.
Vale la pena resaltar que entre marzo y abril, el precio del minorista experimentó un cre-cimiento más representativo que el reflejado en el del productor y el mayorista. El precio minorista pasó de $1.637 a $1.783 (29,6%), mientras que el del productor pasó de $741 a $866 (16,9%) y el mayorista $1.111 a $1.338 (20,4%).
En cuanto a los márgenes, podemos evidenciar que el margen de precios neto entre el mayorista y el productor para el plátano hartón se encuentra en promedio en 28%, mien-tras que entre el minorista y el mayorista se encuentra en promedio en 21,9%. Por su par-te, el margen entre los extremos de la cadena (minorista–productor) representó el 44% del precio final.
En enero de 2013, el precio promedio que se pagó a los productores de banano era de $672 por kilogramo y en el último mes del año, el precio se situó $563/kg, lo cual repre-senta una caída de 16,35% en el año. Por su parte, el precio mayorista pasó de $1.000/kg a $1.040/kg, reflejando un cambio de 4,0%; mientras que el minorista varió en 4,4%, al incrementar su precio de $1.452 a $1.516 por kilogramo, en el mismo periodo.
Llama la atención, que de los productos analizados y después de la papa, es el banano el que reporta el mayor margen neto entre el mayorista y el productor (39%), mientras que el margen entre el minorista y el mayorista representa cerca del 29%. Lo anterior, hace que en promedio, entre el minorista y el productor se genere un margen del 56,3%, lo que in-dica que el minorista vendió a más del doble del precio pagado al productor.
Según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos , la papa es el principal producto en el gasto de los hogares de menor ingreso en Bogotá, y del total de productos analizados es precisamente el que registra el mayor margen neto de comercialización entre el mayorista y el productor (42,5%), en tanto que este margen entre el minorista y el mayorista repre-senta el 31% del precio transado en Corabastos. Lo anterior hace que el margen neto (descontando los costos de transporte), entre el productor agropecuario y el distribuidor minorista, represente tres quintos del precio que paga el consumidor final bogotano.
El comportamiento cíclico de los precios de la papa a lo largo de la cadena, pues mientras que en enero el precio del productor fue de $371/kg, en junio al-canzó los $653/kg, descendiendo finalmente en diciembre a $298/kg. Este comportamien-to se replica para el caso de los precios pagados por el mayorista y minorista. Llama la atención que si bien el precio que pagaron los consumidores bogotanos se mantiene en el mismo nivel entre los meses de mayo y septiembre, los precios al productor y mayorista, tendieron a la baja.
Pese a que la información disponible no permite identificar a ciencia cierta los eslabones de la cadena que aumentan los precios, la composición de la cadena de la papa permite identificar algunos factores que pueden explicar este comportamiento como la fragmentación en las zonas de producción que obligan la intervención de otros actores en la cadena de comercialización como lo son los acopiadores y la dificultad para mantener una oferta regulada.
Los precios de la yuca llanera presentaron durante 2013 una tendencia a la baja en todos los tipos de precios. De los alimentos analizados, la yuca es el único producto que presenta un margen de comercialización neto, similar entre productor-mayorista y mayorista-minorista, lo que hace que la diferencia entre el precio que se le pagó a los productores y el cancelado por los consumidores finales en la ciudad, sea el más bajo de los siete pro-ductos para los que se adelantó el ejercicio.
Conclusiones y recomendaciones
El ejercicio adelantado evidencia que aunque los fletes son más caros entre el productor y el mayorista, los mayores márgenes netos de comercialización se encuentran entre el mayorista y el minorista, es decir, que mientras que entre los primeros el margen es, en promedio 29%, entre el mayorista y el minorista es del 36%, lo cual evidencia que los fac-tores que generan los mayores incrementos en el valor final de los productos son diferen-tes al transporte.
Si bien esta conclusión aplica para el conjunto de productos estudiados, los análisis efec-tuados por cada alimento indican que las políticas de intervención deben considerar estas particularidades, definiendo dónde están los mayores márgenes, los cuales pueden obe-decer, en gran medida, a un exceso de intermediación.
Efectivamente, de los siete productos analizados, se identificó un primer grupo en el cual es mayor el margen entre el precio que paga el consumidor final en la ciudad y el precio transado en la Central de Abastos (Corabastos). Estos productos son: cebolla, naranja y papaya. Las acciones dirigidas a disminuir los precios para los consumidores y consumi-doras bogotanos (as) deben estar encaminadas a revisar tanto los posibles monopolios mayoristas en Corabastos, como en general la cadena de abastecimiento minorista a lo largo de la ciudad.
En el otro grupo de productos se encuentran aquellos donde el margen entre el productor agropecuario y el comprador mayorista de Corabastos, es mayor que el resto de la cadena. La papa, el plátano hartón y el banano corresponden a este grupo, donde inciden, entre otros aspectos, el alto nivel de intermediación con características oligopólicas, problemas de logística y transporte, bajos niveles de asociación entre productores.
En la mitad se encuentran productos como la yuca, donde son iguales los márgenes de comercialización entre productores-mayoristas y mayoristas-minoristas, lo cual, en conjun-to, hace que la diferencia entre el precio que se le pagó a los productores y el cancelado por los consumidores finales en la ciudad, y sea el más bajo de los siete productos para los que se adelantó el ejercicio
El presente ejercicio constituye una primera aproximación a la medición de los márgenes de comercialización y por tanto a la identificación de los eslabones donde se generan las mayores contribuciones al precio del alimento. Sin embargo, una medición exhaustiva de estos márgenes debería utilizar una metodología panel donde se haga seguimiento al precio del producto, desde la venta por parte del productor; el mayorista y el precio que paga el consumidor final, considerando los distintos niveles de intermediación: productor-minorista, productor-intermediador-mayorista-minorista; etc.
En este documento se hará un análisis para siete productos agrícolas seleccionados, que permita identificar en que parte de la cadena de comercialización de los alimentos se producen los mayores márgenes de comercialización. Considerando la importancia de los precios de los alimentos sobre la desición de compra de los consumidores es importante E indagar por los factores que inciden en la conformación de estos precios, teniendo en cuenta las características de los mercados de alimentos, caracterizados por múltiples imperfecciones, principalmente relacionadas con la excesiva intermediación, problemas de transporte y logística, ausencia de información relevante, entre muchos otros aspectos.