¿Cómo le fue a la economía bogotana? 2020
El 2020 quedará marcado como un año sin precedentes en la historia de la humanidad, un punto de inflexión que generó grandes transformaciones y cambio desde nuestra forma de trabajar, estudiar y educarnos hasta la manera en que nos divertirnos y comunicamos. Nada volverá a ser igual. La crisis sanitaria desatada por la propagación del COVID-19 obligó a todos los países del mundo a implementar medidas restrictivas y de confinamiento.
Estas, aunque necesarias para la protección de sus habitantes, generaron un fuerte impacto sobre la movilidad, la actividad productiva y el abastecimiento de bienes y servicios, entre otros aspectos, que desataron una crisis económica global. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el gran confinamiento produjo una contracción del crecimiento de la economía mundial cercano al 7,7 %. Una recesión económica a nivel global donde todos los países se vieron afectados.
Con cifras similares, Colombia cerró la vigencia con una variación de -6,8 % sobre el PIB nacional. La crisis desatada por la pandemia produjo una caída en el consumo y el empleo que deterioraron el ingreso de los hogares y causaron un retroceso de décadas en los indicadores sociales. Se acentuó nuevamente la pobreza, el desempleo y la inequidad. Bogotá no fue la excepción al impacto de la pandemia y la ciudad experimentó su crecimiento más bajo en la última década, llegando al -6,6 %.
Sin embargo, en medio de esta difícil coyuntura hay buenas noticias y razones para el optimismo. Sin duda, la pandemia nos ha dejado muchas lecciones y retos para hacer de Bogotá una ciudad próspera y competitiva en los siguientes años. A pesar de la reciente crisis, la ciudad se ha consolidado en los últimos años como una economía preponderante con un aumento en la producción de 28 % frente a lo registrado en 2010, y actualmente Bogotá sigue siendo la economía más grande de Colombia con una participación cercana al 26 % del PIB nacional. Y dada su vocación hacia el sector de los servicios, la capital aporta un porcentaje de alrededor de la tercera parte en dicha rama económica en el país.
Esto sin duda crea una ventaja comparativa para la capital frente a uno de los principales avances o de las cosas positivas que nos dejó la pandemia: La aceleración de la transformación digital. Muchos de esos planes que eran “para el futuro” se volvieron una necesidad inmediata para muchos sectores y empresas para poder atender una nueva realidad. Por esto, esta coyuntura ha representado para Bogotá una oportunidad para seguirle apostando al sector servicios y la innovación, aún mejor cuando la ciudad continúa posicionándose como la más atractiva para los negocios y la más fuerte en el recaudo de impuestos, lo que la cataloga como la ciudad más competitiva en Colombia. Precisamente, el Índice de competitividad de 2020 resaltó el liderazgo de la capital en los pilares de infraestructura y equipamiento, formación para el trabajo, sistema financiero, tamaño de mercado, y sofisticación y diversificación en negocios.
Estos resultados ubicaron a Bogotá en el tercer lugar dentro de los principales destinos financieros de América Latina después de México y Brasil. Cabe resaltar que la ciudad integra el selecto grupo de las once ciudades del mundo de la Alianza Best Cities, por tener una ubicación privilegiada hacia las principales ciudades del continente, la concentración de la mayor oferta hotelera del país, y más de 50 recintos para el desarrollo de eventos mundiales. En el espectro latinoamericano, Bogotá también se posiciona como el segundo ecosistema emergente de emprendimiento de América Latina en el Startup Genome y el Global Entrepreneurship Network en el cual se destaca las alternativas de financiación y el acceso a mercados como dos de las mayores fortalezas, superando a ciudades como Santiago de Chile y Buenos Aires. Así mismo, la ciudad logró una calificación de 9 sobre 10 en el apartado de acceso a mercados, cifra que pone a la capital a la par de ciudades como Madrid (España), Bristol (Reino Unido) y Portland (Estados Unidos).
Todo esto deja a Bogotá muy bien posicionada para liderar la reactivación del país. Si se reactiva la capital se reactiva Colombia. Por esto, hay que seguir fortaleciendo el ecosistema empresarial y de emprendimiento de la ciudad, seguir mejorando su atractivo para los emprendedores y los nuevos inversionistas. El 2021 ha sido un año de recuperación para la economía bogotana y se estima que se continuará dinamizando el consumo de los hogares y, con ello, el gasto en entretenimiento, restaurantes, alojamiento, entre otros, que estará impulsado por incentivos como Bogotá a Cielo Abierto 2.0 y las estrategias de reapertura del sector de servicios.
Por otro lado, se está a la espera del aumento de compra de bienes a largo plazo de acuerdo con lo señalado en los indicadores de expectativas que muestran evolución de la confianza de los consumidores y empresarios, estableciendo un escenario optimista respecto al futuro económico de la ciudad. No será fácil. La crisis y su recuperación no han sido homogéneas en términos sectoriales. Hay actividades muy golpeadas como las de entretenimiento, culturales, artísticas, turismo y restaurantes que son las que han enfrentado las mayores restricciones de operación.
Respecto al comercio, por ejemplo, registró un fuerte descenso en su tasa de crecimiento en comparación con 2019; no obstante, los resultados anuales siguen siendo mayores con relación al inicio de la última década. Cabe mencionar, que para el último trimestre de 2020 este sector presentó una importante recuperación favoreciendo la generación de empleo formal en la capital.
En esta línea, en cuanto al consumo, el Índice de confianza de los consumidores reflejó una caída anual del 14,6 %; sin embargo, para cierre de año se observó una mejoría en las cifras, lo que da indicios de una reactivación del consumo y un ascenso de la economía para la ciudad. Otro sector que mostró recuperación a finales de año fue la industria manufacturera; frente a ello, Bogotá sobresalió en el contexto nacional por concentrar cerca del 22 % del valor de la producción industrial. Es relevante mencionar que, en medio de la pandemia, el sector de industria manufacturera junto con el de la construcción fueron los primeros en ser reactivados para operar una vez se levantaron las primeras restricciones a finales de abril y principios de mayo de 2020.
Respecto al comportamiento de los precios, la ciudad presentó la inflación más baja en 15 años con un resultado anual de 1,17 %, debido a la menor demanda que se reflejó en diversos productos de la canasta básica. No obstante, entre los aspectos a resaltar en 2020 está el incremento de 3,77 % en el sector de restaurantes, cafés y establecimientos similares, gracias al aumento de domicilios durante las cuarentenas y periodos de confinamiento, y la posterior implementación de la estrategia de reactivación económica Bogotá a Cielo Abierto, así como a la reapertura de locales de comidas y alojamiento en la capital.
Sin embargo, uno de los temas con mayores retos para la ciudad es el mercado laboral, el cual para 2020 presentó una disminución de 8,9 puntos porcentuales (p.p.) en la tasa de ocupación y un aumento de 7,3 p.p. en la tasa de desempleo al cerrar 2020 en 18,2%. A pesar de este retroceso, con la apertura gradual de los sectores y el retorno a sus actividades, a partir del segundo semestre se pudo observar una recuperación de las plazas de trabajo, especialmente en la rama de servicios. Cabe destacar que Bogotá sigue representando la principal fuerza laboral de Colombia.
Este seguirá siendo nuestro principal desafío; no basta con volver a recuperar los niveles de producción de 2019 sino que hay que recuperar la trayectoria de crecimiento que habíamos logrado en los últimos años. Además, es claro que no basta crecer, sino que ese crecimiento tiene que ser más homogéneo, inclusivo, sostenido y con generación de empleo.
Bogotá está bien posicionado, pero debemos seguir avanzando, acelerar el paso y trabajar unidos para lograr ese nuevo contrato social para el siglo XXI y que las secuelas de la pandemia no se vuelvan algo permanente. En este contexto, ¿Cómo le fue a la economía bogotana?, es parte del esfuerzo por dotar a la ciudad capital de instrumentos y herramientas que permitan hacer seguimiento al comportamiento de la economía en la ciudad.
Este libro que conmemora su primera década cuenta con siete secciones y diecisiete capítulos que analizan y resumen el comportamiento de los principales temas económicos en la ciudad. La primera sección es esta introducción. La segunda, panorama internacional, consta de dos capítulos: en el primero se describen los sucesos económicos, políticos y sociales relevantes que marcaron el rumbo de las economías mundiales. En el segundo se presenta el desempeño de Bogotá frente a la economía y su posicionamiento internacional. Especialmente, en este capítulo se resalta el panorama de las empresas y su dinámica en medio de la pandemia.
En la tercera sección, se desarrolla el análisis sectorial en cuatro capítulos, iniciando con la dinámica económica bogotana en comparación con los resultados para Colombia en 2020. En el cuarto capítulo, se aborda el sector de servicios, en el quinto el de comercio, en el sexto la industria manufacturera y finaliza con el capítulo séptimo de construcción.
La cuarta sección presenta el desempeño del mercado laboral en la ciudad, y se dividió en dos capítulos que analizan la ocupación, calidad de empleo y desocupación. En el capítulo ocho, se utilizaron los indicadores con información anual; mientras que en el capítulo nueve, se abordaron indicadores para los cuales no se tenía disponibilidad de los doce meses, debido a los ajustes que se realizaron en la recolección de información de la Gran encuesta integrada de hogares (GEIH) por causa del COVID-19.
En la quinta sección de internacionalización, se muestran los resultados del comercio exterior (capítulo diez), la inversión extranjera directa (capítulo once) y el turismo (capítulo doce). Por su parte, la sexta sección se compone de tres capítulos que explican el comportamiento de las variables relacionadas con los precios y el gasto en la ciudad. En este sentido, en el capítulo trece se exponen los resultados para inflación, y en el capítulo catorce está el análisis sobre el gasto de los hogares. Finalmente, el capítulo quince presenta la comercialización y el abastecimiento de alimentos en Bogotá.
La séptima y última sección, reúne las expectativas y reflexiones que se tienen para la economía de la ciudad de cara a 2021 en dos capítulos: el capítulo dieciséis estudia los resultados de las expectativas a corto y mediano plazo de los principales actores de la economía, consumidores, industriales y comerciantes. El capítulo diecisiete presenta las reflexiones finales con las conclusiones más relevantes de cada tema y cierra con una visión prospectiva de lo que será el 2021.
Se espera que ¿Cómo le fue la economía bogotana? 2020 sea un complemento y una base para la toma de decisiones y futuros análisis no solo en el ámbito local, sino también en la academia, empresarios, gremios y, en general, para la ciudadanía.
María Carolina Durán Peña
Secretaria de Desarrollo Económico
Descargue aquí la publicación: ¿Cómo le fue a la economía bogotana? 2020