Panorama laboral de Bogotá durante 2013
Uno de los principales factores de éxito de un Servicio Público de Empleo -SPE-, una entidad encargada de realizar actividades de formación para el trabajo, acompañamiento e intermediación laboral, es su capacidad para “tomarle el pulso” a la dinámica del mercado laboral. En otras palabras, uno de los elementos que garantiza la eficacia de esta política pública es su capacidad de generar y analizar información de coyuntura del mercado laboral para entender las dinámicas que allí ocurren.
En este contexto, el papel de los observatorios regionales de mercado de trabajo resulta esencial. En concreto, los observatorios se constituyen en instancias fundamentales para la efectividad de un SPE, en la medida en que ofrecen información y análisis permanentes sobre la dinámica laboral, con base en diferentes fuentes de información -primarias y secundarias-.
A partir de estas consideraciones, la Unidad Administrativa Especial del Servicio Público de Empleo del Ministerio de Trabajo ha decidido trabajar con el Observatorio de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Bogotá –ODE–, que hace parte de la Red de Observatorios Regionales de Mercado de Trabajo –Red ORMET–, con el objetivo de publicar un informe integral sobre la coyuntura del mercado laboral bogotano durante 2013 y contribuir así a una mejor información para el SPE de Bogotá, inaugurado el pasado primero de mayo de 2014.
El presente documento pretende que los actores del SPE de la capital del país, buscadores, empleadores y prestadores, puedan acceder a información y el análisis oportuno sobre el mercado laboral de la ciudad, lo que facilitará la toma de decisiones que permitan generar puestos de trabajo suficientes en cantidad y calidad en el Distrito Capital.
Bogotá, la segunda ciudad del país con menor desempleo en 2013
Según las cifras del Dane, durante 2013 el Distrito Capital obtuvo una tasa de desempleo de 9,0%, cifra inferior a la observada en la nación (9,6%) y a la registrada por la ciudad durante 2011 y 2012 (9,5%). De hecho, la tasa de desocupación alcanzada por la capital del país es la más baja registrada desde 2001, año en el que se empezó a estimar este indicador con la actual metodología.
En relación a las veintitrés (23) principales áreas metropolitanas del país, Bogotá se ubicó como la segunda ciudad con menor índice de desocupación, después de Barranquilla, por tercer año consecutivo. En general, la tasa de desempleo de la capital del país continúa registrando la misma tendencia decreciente de la última década, ubicándose siempre por debajo de la tasa registrada para el agregado nacional.
En términos absolutos, el número de personas que no tuvieron un puesto de trabajo en el Distrito Capital cayó en 16.741 y llegó a 404.494 durante 2013. De este número de desocupados, 7,6% buscaron un puesto de trabajo por primera vez -fueron aspirantes-, mientras el restante 92,4% se encontró desempleado pese a haber tenido un puesto de trabajo anteriormente -fueron cesantes-.
Ahora, a pesar de las bajas tasas de desempleo registradas en el Distrito en relación con el resto del país, en términos absolutos, el número de desocupados de la ciudad es alto, dado el tamaño de la fuerza laboral de la misma. Esta situación explica, en gran medida, la razón por la cual un número relativamente mayor de prestadores del Servicio Público de Empleo se ubica en esta ciudad (principalmente privados).
En 2013 el tiempo de búsqueda de trabajo se redujo en la capital del país
Si bien es importante analizar la cantidad de personas que carecen de un puesto de trabajo pese a su deseo de laborar, también es trascendental estudiar el tiempo que llevan los desempleados buscando un puesto de trabajo, toda vez que permite conocer quiénes requieren mayor tiempo para encontrar un empleo y así focalizar de forma más eficientes las políticas activas del mercado laboral, además de que uno de los principales objetivos del Servicio Público de Empleo es reducir el tiempo promedio de búsqueda de empleo por parte de los desempleados.
Para el caso de Bogotá, durante 2013 las personas desempleadas llevaban en promedio 17,3 semanas en esta situación. Como este indicador ha descendido 9,9 semanas entre 2007 y 2013 -pese al incremento de un mes presentado en 2009-, la capital del país pasó de tener una duración media de desempleo de largo plazo (más de 27 semanas), a presentar una cercana al límite de desempleo de corto plazo (menos de 14 semanas). Lo anterior evidencia una notable mejoría de la ciudad en este sentido.
Como se observa en la gráfica 3, durante el periodo analizado, la duración promedio del desempleo en el Distrito Capital fue notablemente inferior que la hallada en las trece principales áreas metropolitanas del país. Sobresale un aumento de la brecha entre el número de semanas de la capital del país y las principales urbes de la nación, pasando de 0,6 semanas en 2007 a 4,2 semanas en 2013.
Mujeres presentan mayor tasa de desempleo y mayor tiempo de búsqueda que los hombres
Cuando se observa el desempleo en hombres y mujeres, se encuentra que la tasa de las mujeres (10,6%) fue mayor que la de los hombres (7,6%). Salvo el incremento presentado en 2009, durante los últimos siete años ambas tasas registraron un comportamiento descendente. Este ocurre en un panorama en el que las mujeres representan el 48,3% de la población desocupada y los hombres el 51.7%.
Así mismo, la duración promedio del desempleo de las mujeres (17,8 semanas) fue superior a la de los hombres (16,6 semanas). Como se visualiza en la gráfica 5, durante el periodo analizado la diferencia entre la duración del desempleo de hombres y mujeres parece mantenerse prácticamente constante.
Mientras los jóvenes son los más afectados por el desempleo, los mayores de 45 años duran más semanas buscando un trabajo
Al analizar el desempleo según rangos de edad, se encuentra que en 2013 la población entre 14 y 28 años de edad registró mayores niveles de desocupación (14,8%) que aquella entre 29 y 44 años (6,4%) y mayores de 45 años (6,5%). Este panorama es aún más preocupante teniendo en cuenta que las personas entre 14 y 28 años de edad fueron las que más contribuyeron al número total de desempleados (50,4%), en comparación con los individuos entre 29 y 44 años (27,5%) y mayores de 45 años (22,1%).
Esta situación de mayores tasas de desempleo en la población joven, fenómeno común en el país y en la mayoría de naciones en desarrollo, obedece fundamentalmente a los bajos niveles de competencias laborales que registra esta población, así como la escasa,
si no nula experiencia laboral. Sin embargo, la población entre 14 y 28 años de edad fue la que registró durante 2013 el menor número de semanas en promedio buscando un puesto de trabajo (12,8 semanas), frente a la que tuvo entre 29 y 44 años (19,1 semanas) y frente a la que tuvo más de 45 años (26.2 semanas). Como se observa en la gráfica 7, la duración del desempleo presenta un comportamiento decreciente en los tres rangos de edad entre 2007 y 2013, sin registrar alguna alteración en el orden.
El mayor número de semanas buscando un puesto de trabajo de las personas mayores de 45 años de edad es explicado, principalmente, por el mayor tiempo que requieren estos individuos para actualizar sus habilidades laborales y por la percepción negativa que se tiene sobre esta población, relacionada con las costumbres o comportamientos laborales inadecuados que dificultan la comunicación o el trabajo en equipo.
Personas educadas presentan menores tasas de desempleo pero mayor tiempo de búsqueda
Al indagar cómo afecta el desempleo a la población clasificada según su nivel educativo, se encuentra que durante 2013 las personas que registran algún título de postgrado (especialización, maestría, doctorado o postdoctorado) presentan la menor tasa de desocupación (3,9%), seguidos por aquellos con educación primaria (7,3%) y universitaria
(8,2%). El bajo nivel de desempleo de las personas con educación primaria ocurre debido a que esta población, al tener pocas posibilidades de acceder a empleos de buena calidad, aceptan laborar en ocupaciones usualmente relacionadas con menores niveles de exigencia en competencias laborales y baja remuneración. En el extremo opuesto, las personas con educación secundaria (10,4%) fueron las más afectadas por el desempleo, situación que obedece en gran medida a que las personas de mayor nivel educativo encuentran mayores restricciones, toda vez que, en términos generales, no están dispuestas a emplearse en puestos de trabajo de mala calidad.
En cuanto a la duración del desempleo según nivel educativo, se observa que las personas con menor educación presentan un menor tiempo de búsqueda de empleo (16,6 semanas para las personas con primaria y 16,1 semanas para los individuos bachilleres).
Una vez más, el tipo de trabajo realizado por las personas menos educadas, usualmente asociados con menores competencias laborales y bajas remuneraciones, explica que esta población presenta menor tiempo de búsqueda.
Por el contrario, las personas que registraron mayor duración del desempleo fueron aquellas con títulos universitarios (23,3 semanas) y de postgrado (19,8 semanas). Este fenómeno se relaciona con las mayores expectativas que poseen los desempleados más educados para encontrar trabajo de buena calidad, y con las dificultades adyacentes a la ubicación y vinculación de un trabajo formal bien remunerado.
Se mantiene la presión de la población en edad de trabajar sobre el mercado laboral bogotano
Medida a través de la Tasa Global de Participación -TGP-1, la oferta de trabajo en Bogotá pasó de 72,1% en 2012 a 72% en 2013, cifra superior en 7,8 puntos porcentuales a la obtenida a nivel nacional (64,2%). De hecho, la capital del país registra la TGP más alta de todas las ciudades colombianas, lo que evidencia que el mercado laboral de la ciudad enfrenta presiones muy fuertes por parte de la oferta laboral.
En términos absolutos, 4.480.000 bogotanos laboraron o buscaron un puesto de trabajo durante 2013, 1,3% más que en 2012. Este incremento se explica fundamentalmente por la entrada al mercado de trabajo de 26.374 personas que hace un año se encontraban estudiando y de 12.615 que se dedicaban a los oficios del hogar.
En este contexto, es importante señalar que a pesar de la fuerte presión de la oferta laboral, el tejido productivo de la ciudad ha podido absorber este aumento de la oferta, lo que se ha traducido en la creación de un número cada vez mayor de puestos de trabajo, como lo deja ver la disminución de la tasa de desempleo.
A pesar de la alta presión de la oferta laboral, crecen las personas con un puesto de trabajo en Bogotá
Durante 2013 Bogotá registró 4.081.539 trabajadores, 74.100 más que en 2012. Analizado de otra forma, el Distrito Capital aumentó en 1,8% el número de personas con un puesto de trabajo, un porcentaje similar al del total nacional (1,7%), en donde se generaron 351.780 nuevos empleos. En otras palabras, 1 de cada 5 nuevos empleos generados en 2013 en todo el país corresponden a la ciudad de Bogotá.
A partir de lo anterior, la tasa de ocupación de Bogotá pasó de 65,5% en 2012 a 65,6% en 2013, cifra superior en 7,6 puntos porcentuales a la observada en la nación (58%), y que además fue la más alta del país durante todo el año. Esta situación ratifica lo señalado anteriormente en el sentido que el mercado laboral de Bogotá tiene una dinámica muy importante en el contexto colombiano La mayoría de los nuevos puestos de trabajo creados en la capital del país durante 2013 fueron generados por las ramas de actividad económica ‘actividades inmobiliarias’, ‘comercio, hoteles y restaurantes’, ‘ industria manufacturera’ ‘intermediación financiera’ y ‘servicios, comunales, sociales y personales’, ya que incrementaron su número de ocupados en 38.803, 34.263, 16.861, 15.238 y 13.091, respetivamente. Por el contrario, los sectores que despidieron un mayor número de individuos fueron ‘construcción’ y ‘transporte’, al reducir su personal en 31.000 y 9.288 cada uno.
Sobre el comportamiento individual de cada sector, sobresale el crecimiento en el número de ocupados presentado por ‘intermediación financiera’ (14,7%), ‘actividades inmobiliarias’ (7,6%), ‘Comercio, hoteles y restaurantes’ (3%), e ‘industria manufacturera’ (2,7%). Por su parte, las ramas que registraron mayores reducciones en su personal fueron ‘construcción’ (-7,1%), y ‘transporte’ (-2,1%).
Con estas variaciones, las ramas de actividad económica que más participaron en el número total de ocupados durante 2013 fueron ‘comercio, hoteles y restaurantes’ (29%), ‘servicios comunales, sociales y personales’ (22,8%), ‘industria manufacturera’ (16%), ‘actividades inmobiliarias’ (13,5%) y transporte (9,2%).
Aumenta el empleo asalariado en Bogotá durante 2013
Al clasificar los ocupados en asalariados y no asalariados es posible extraer conclusiones adicionales relacionadas con la calidad del trabajo. El trabajo asalariado, relacionado con los trabajos de buena calidad, registró un crecimiento de 3,9% durante 2013, mientras el no asalariado, asociado con los trabajos de mala calidad, presentó una reducción de 0,7%. El crecimiento del empleo asalariado ocurre debido a que su principal componente, el empleo en empresa particular, aumentó en 3,9%. El descenso del trabajo no asalariado, por su parte, es explicado por la reducción registrada por las posiciones ocupacionales ‘empleado doméstico’ y ‘trabajador familiar sin remuneración’.
Así las cosas, el empleo asalariado respecto al total de ocupados de la ciudad pasó de 55,1% en 2012 a 56% en 2013, mientras el empleo no asalariado, en contraste, varió de 44,9% a 44%. Como se detalla en el gráfico 6, es la primera vez en los últimos seis años en que la proporción de trabajo asalariado en Bogotá es superior al 56%, lo que se convierte en una excelente noticia para la ciudad.
Por su parte, para el total de las trece principales áreas metropolitanas del país, el número de empleados asalariados corresponde al 51,9% del total de ocupados. En este punto es importante señalar que el Distrito Capital continúa registrado una proporción notablemente superior de trabajos de calidad respecto al país
Finalmente, es importante señalar – como se mencionó en el anterior boletín- que este aumento de los ocupados asalariados podría ser consecuencia, en parte, de la eliminación de los parafiscales decretado en la pasada reforma tributaria (ley 1607 de 2012), sin embargo, resulta necesario realizar una evaluación a profundidad para determinar con precisión los impactos de esta medida.
Informalidad laboral en Bogotá fue la segunda más baja del país en 2013
Según el concepto de informalidad laboral utilizado por el DANE2, el Distrito Capital presentó una tasa de informalidad laboral de 43,9% en 2013, cifra inferior en 2,4 puntos porcentuales al 46,3% alcanzado durante el año anterior. Este indicador, el menor registrado desde 2007 -año desde el que se tienen datos-, fue equivalente a 1.787.711 ocupados informales en la ciudad, 59.749 menos que en 2012, cuando se encontraron 1.847.460 individuos laborando en esta condición. En relación con el comportamiento reciente de este fenómeno, es importante señalar que por primera vez en los últimos cinco años, la informalidad descendió en la ciudad, una noticia a todas luces alentadora.
De hecho, después de Manizales, Bogotá es la ciudad del país con menor tasa de informalidad laboral. Esta situación muestra que, sin desconocer que se debe mejorar este aspecto, Bogotá es una de las ciudades que genera un mayor número relativo de trabajos formales en el país.
Al analizar las cifras de informalidad por género y grupos de edad, se observa, en primera instancia, que la población más afectada por la informalidad es la femenina. La tasa de informalidad masculina durante el 2013 fue de 41,3%, en tanto que la femenina fue superior en 5,5 puntos porcentuales (46,8%). Por otra parte, los sectores de la población mayores de 45 tienen las mayores tasas de informalidad (59,3%), mientras que aquellos ocupados con edades entre los 14 y 28 registran las tasas más bajas de informalidad (34,5%), seguidos por los que están en el rango entre 29 y 44 años (38,2%). Se confirma el hecho que las mayores tasas de informalidad se registran al final del ciclo laboral.
El Distrito Capital mejoró en materia de afiliación al sistema de Seguridad Social Integral
Los sistemas de protección social tienen el objetivo de ayudar a enfrentar adecuadamente las contingencias que se presentan en la vida, tales como las enfermedades, la vejez y la pobreza, entre otras. En materia de afiliación al sistema de salud contributiva y pensión, como aproximación a los sistemas de protección social, Bogotá mejoró su situación en comparación con el año anterior.
Entre 2012 y 2013 el número de trabajadores afiliados al Sistema de Seguridad Social Integral, respecto al total de ocupados, se incrementó significativamente, pasando de 48,9% a 52,5%. En términos absolutos, en el Distrito Capital 2.135.785 personas estuvieron afiliadas simultáneamente a salud y pensión en 2013.
Al igual que en Bogotá, en las trece principales áreas metropolitanas del país este número relativo aumentó 2,7 puntos porcentuales durante 2013. Sin embargo, el porcentaje de trabajadores que contaban con afiliación al sistema de salud y pensión simultáneamente en estas áreas (47,5%), continuó siendo inferior al registrado en la capital (52,5%).
En este contexto, es importante destacar los esfuerzos del gobierno nacional para aumentar la cobertura de seguridad social de los trabajadores colombianos. Una clara muestra de esto fue la expedición del decreto 2616 de 2013, que permite a los trabajadores independientes (los trabajadores del servicio doméstico, jardineros, jornaleros, meseros, personas que atienden bares o apoyan al comercio, entre otros) cotizar a seguridad social por semanas trabajadas.
De igual forma, el Ministerio de Trabajo expidió el decreto 567 de 2013, que tiene por objeto estructurar la Red Nacional de Formalización Laboral para garantizar la consolidación del trabajo decente, la cobertura en seguridad social para todos y el desarrollo de las políticas activas de empleo, mediante la aplicación de las herramientas del Servicio Público de Empleo. En concreto, los trabajadores independientes encontrarán en los Centros de Empleo Funcionarios que brindarán información y tramitarán la afiliación de las personas a ARP, Pensiones y Caja de Compensación.
A manera de síntesis…
Bogotá presentó un panorama laboral favorable durante 2013. Por una parte, registró la tasa de desempleo más baja desde los últimos doce años (9%), ubicándose por debajo del promedio nacional (9.6%), y presentando a su vez la tasa de ocupación (65.6%) y la tasa global de participación (72%) más altas del país. Por otra parte, y no menos importante, el Distrito Capital pasó de tener una duración media de desempleo de largo plazo en 2007 (27.2 semanas), a presentar una cercana al límite de desempleo de corto plazo en 2013 (17.3 semanas). Lo anterior evidencia que la evolución del mercado laboral de la ciudad no solo presenta mejoría con el indicador tradicional de la tasa de desempleo, sino también en otros aspectos como la duración promedio del desempleo.
Sin embargo, el reto para el Distrito Capital no solamente consistirá en continuar mejorando estos indicadores en el largo plazo, sino también en garantizar y mejorar las oportunidades laborales suficientes en cantidad y calidad para aquellas poblaciones que presentan dificultades, especialmente las mujeres, los jóvenes y los mayores de 45 años, y las personas que carecen de educación superior, entre otros.
Glosario de términos del Mercado de Trabajo:
â— Población en edad de trabajar (PET): este indicador muestra la relación porcentual entre el número de personas que componen la población en edad de trabajar (más de 12 años en las zonas urbanas y 10 en las zonas rurales), frente a la población total.
â— Población económicamente activa (PEA): porcentaje que muestra la fuerza laboral y está conformado por las personas en edad de trabajar que trabajan o están buscando empleo.
â— Tasa global de participación (TGP): es la relación porcentual entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar. Este indicador refleja la presión de la población en edad de trabajar sobre el mercado laboral. Refleja la presión de la población sobre el mercado laboral.
â— Ocupados: Son las personas que durante el período de referencia se encontraban en una de las siguientes situaciones: i) Trabajó por lo menos una hora remunerada en la semana de referencia; ii) Los que no trabajaron la semana de referencia, pe ro tenían un trabajo, o iii) Trabajadores familiares sin remuneración que trabajaron en la semana de referencia por lo menos 1 hora.
â— Ocupados informales: los trabajadores informales son: i) los empleados particulares y los obreros que laboran en establecimientos, negocios o empresas que ocupen hasta cinco personas en todas sus agencias y sucursales, incluyendo al patrono y/o socio; ii) los trabajadores familiares sin remuneración en empresas de cinco trabajadores o menos; iii) los trabajadores sin remuneración en empresas o negocios de otros hogares; iv) los empleados domésticos en empresas de cinco trabajadores o menos; v) los jornaleros o peones en empresas de cinco trabajadores o menos; vi) los trabajadores por cuenta propia que laboran en establecimientos hasta cinco personas, excepto los independientes profesionales; vii) los patrones o empleadores en empresas de cinco trabajadores o menos; y viii) se excluyen los obreros o empleados del gobierno.
â— Tasa de desempleo (TD): es la relación porcentual entre el número de personas que están buscando trabajo y el número de personas que integran la fuerza laboral (PEA).
â— Tasa de ocupación (TO): es la relación porcentual entre la población ocupada y el número de personas que integran la población en edad de trabajar (PET).
â— Tasa de subempleo subjetivo (TSS): se refiere al porcentaje de personas ocupadas que manifiestan algún inconformismo respecto a sus ingresos, el número de horas trabajadas o tener una labor más propia de sus personales competencias.
Uno de los principales factores de éxito de un Servicio Público de Empleo -SPE-, una entidad encargada de realizar actividades de formación para el trabajo, acompañamiento e intermediación laboral, es su capacidad para “tomarle el pulso†a la dinámica del mercado laboral. En otras palabras, uno de los elementos que garantiza la eficacia de esta política pública es su capacidad de generar y analizar información de coyuntura del mercado laboral para entender las dinámicas que allí ocurren.