Las mujeres en el mercado laboral en Bogotá
Durante los últimos años, producto de los cambios sociales generados por las demandas del mercado y los procesos organizativos de los movimientos sociales, se ha incrementado paulatinamente el acceso de las mujeres al mercado laboral. Esta situación ha contribuido a empoderarlas económicamente, pese a las asociaciones culturales que las adscriben al desempeño de actividades domésticas, del cuidado y asociadas a su condición reproductiva
El día por los derechos de las mujeres, instaurado internacionalmente el 8 de marzo, surgió de la necesidad de conmemorar las jornadas de reflexión y acción ligadas a los movimientos socialistas de Estados Unidos y Europa de comienzos de siglo XX, que reclamaban la participación y representación política de las mujeres y se declaraban en contra de la esclavitud sexual. La fecha fue escogida por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en 1977, ya que el 8 de marzo fue considerado día de fiesta oficial en la Unión Soviética después de la revolución de octubre de 1917; logro atribuido a la dirigente política Aleksandra Kolontái.
Con motivo de la conmemoración del día de la mujer trabajadora y los avances logrados por ellas, el Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá y la Secretaría Distrital de la Mujer, presentan por medio de esta nota editorial, el panorama y los avances del mercado laboral en la capital durante 2015, considerando como fuente de información la Gran Encuesta Integrada de Hogares –GEIH– aplicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE.
Los resultados en la materia evidencian que el mercado de trabajo bogotano sigue siendo predominantemente masculino. Esto se refleja, en una mayor participación laboral donde se presenta una alta tasa de ocupación, menor desempleo y mayor ingreso, entre otras variables, que favorecen a los hombres. Si bien, algunos indicadores laborales tuvieron un mejor comportamiento para las mujeres, pues cayó el desempleo, se redujo el número de semanas buscando trabajo y aumentó la tasa de asalariadas, las brechas existentes siguen siendo importantes y en ellas influyen la dedicación a tareas domésticas y del cuidado de niños, ancianos y enfermos; la discriminación laboral por cuenta de existencia de hijos pequeños o de la posibilidad de un futuro embarazo; y las constantes situaciones de acoso laboral y sexual.
El presente análisis da cuenta de tres componentes: en la primera parte de la nota se aborda el tema de la participación laboral y el desempleo, desagregado por nivel educativo y grupo etarios, entre otras variables. Luego se explora la situación de las mujeres que tienen un empleo, las principales ramas y posiciones ocupacionales en las que se encuentran, su ingreso real promedio, la satisfacción con su trabajo actual, etc. Finalmente, se plantean unas conclusiones sobre la situación laboral de mujeres y hombres en el Distrito Capital.
Se mantiene la brecha entre hombres y mujeres en la participación laboral
Según la información suministrada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la población de Bogotá alcanzó un total de 7.862.243 personas, de las cuales, el 51,7% son mujeres y 48,3% son hombres
Desde el punto de vista de las personas que podrían pertenecer a la fuerza laboral, se encuentran más mujeres que hombres con edad suficiente para trabajar[1]. De las 4.061.060 mujeres capitalinas, 3.360.675 eran mayores de doce años, lo que significa que el 82,8% de las bogotanas tenían la edad mínima para trabajar, según el criterio de la OIT. Esta proporción fue mayor a la de los hombres (80,6%).
Pese a estas cifras demográficas donde las mujeres superan a los hombres tanto en población total, como en personas con la edad de trabajar, las mujeres participan menos que los hombres en el mercado laboral. El 65,5% de las mujeres mayores de doce años manifestaron tener un puesto de trabajo o encontrarse buscando uno, porcentaje notablemente inferior al observado en los hombres (78,3%). En este sentido se puede señalar que la tasa global de participación (TGP)[2], ha crecido 8,7 puntos en los últimos ocho años, aunque las brechas de sexo se hayan reducido solamente 2,5 puntos porcentuales en el mismo periodo.
Gráfica 1. Tasa global de participación en Bogotá según sexo (%) 2007-2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá y Observatorio de Mujeres y Equidad de Género de Bogotá - OMEG
En el análisis de la tasa global de participación, entre 2014 y 2015 ésta cayó para los dos géneros, siendo mayor la disminución en las mujeres que en los hombres (1,1 puntos porcentuales menos, frente a 0,6 puntos menos). Además, la brecha entre los dos sexos aumentó levemente entre 2014 y 2015, pasando de 12,3 a 12,8 puntos, lo que indica que los hombres ganaron más espacio en la presión que ejerce la población sobre el mercado laboral.
Mayor desempleo en las mujeres que en los hombres
El desempleo que tuvo Bogotá durante 2015 fue de 8,7%, la quinta cifra más baja de las trece áreas urbanas y metropolitanas del país. La capacidad que tiene el mercado laboral bogotano de generar oportunidades para sus habitantes se constituye en uno de sus más importantes atractivos. Teniendo en cuenta este panorama general, hay que decir que la tasa de desempleo de las mujeres ha sido superior a la de los hombres, desde que se realiza la medición por parte del DANE. En 2015, la tasa de desempleo para las mujeres se ubicó en 10,2%, levemente inferior a la observada en 2014 (10,3%). Por el contrario, la tasa de desempleo de varones pasó de 7,2% a 7,4%.
Aunque el desempleo de las mujeres sigue siendo más alto que el de los hombres y la brecha se mantiene en los últimos años alrededor de los tres puntos porcentuales, Bogotá se ubicó en 2015 como la segunda ciudad con menor desempleo femenino después de Bucaramanga (9,1%). La capital de Santander y su área metropolitana es la única que alcanza un solo dígito en este indicador. De forma contraria, la ciudad con mayor desempleo femenino del país fue Quibdó, donde el 20,3% de las mujeres económicamente activas se encuentran desempleadas.
Gráfica 2. Tasa de desempleo en Bogotá, según sexo (%) 2007-2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá y Observatorio de Mujeres y Equidad de Género de Bogotá - OMEG
Del total de mujeres desempleadas en la cuidad (224.050 personas para 2015), el 92,3% son cesantes, es decir, habían tenido un trabajo u ocupación con anterioridad a la búsqueda de empleo. El restante 7,7% son aspirantes, mujeres que por primera vez se aventuran en la búsqueda de trabajo en la ciudad.
Gráfica 3. Mujeres desempleadas en Bogotá, según experiencia laboral, (%) 2007-2015
Fuente: DANE- GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
En los últimos años, la proporción de mujeres que busca conseguir un empleo por primera vez se ha visto mermada por la participación de las mujeres desempleadas con algún tipo de experiencia. Este fenómeno puede estar relacionado con la combinación de actividades remuneradas paralelas con otras labores personales de estudio y/o del hogar. Este fenómeno de precarización de actividades alternas incide en que cada vez más mujeres hayan adquirido algún tipo de experiencia específica, así esta experiencia no haya sido en el campo de la formalidad laboral. Desde 2015, la tendencia puede empezar a cambiar, pues las cesantes caen 0,9 puntos, aumentando la proporción de aspirantes.
El desempleo femenino afecta más a las jóvenes
Aunque las mujeres son las más afectadas por el desempleo, se presentan diferencias según la etapa del ciclo vital en la que se encuentran. El grupo etario más afectado es el de las jóvenes, pues el 16,4% de las mujeres entre 14 y 28 años no tiene empleo. Este grupo representa el 48,6% de todas las desempleadas de Bogotá. El segundo grupo con mayor desempleo comprende a las mujeres entre 29 y 45 años, con una tasa de desempleo de 8,1%, quienes representan el 32% de las desocupadas bogotanas. Preocupa que la tasa de las mujeres que están en el rango más productivo (29 a 45 años) haya subido, pasando de 7,7% a 8,1%.
Por último, las mujeres mayores de 45 años son las que presentan una tasa de desempleo más baja, la cual, con respecto a 2014 disminuyó en 0,2 puntos porcentuales. Estas mujeres representan el 19,3% de las desempleadas en Bogotá.
Gráfica 4. Tasa de desempleo de las mujeres en Bogotá, según rango etario (%), 2009-2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
Como complemento del análisis juvenil, desde 2013 las y los jóvenes que no estudian ni trabajan (ninis)[3] muestran una tendencia creciente en las mujeres, llegando a la cifra de 21,6%. Por otro lado, el número de hombres que no estudian ni trabajan se redujo en 0,9 puntos porcentuales. La brecha entre hombres y mujeres capitalinas es muy amplia (9,7 puntos) y evidencia problemas de inclusión e inserción de las y los jóvenes en el sistema educativo o en el mercado laboral. Los factores que contribuyen al crecimiento de los ninis se han determinado en el plano motivacional y social. Una inadecuada orientación vocacional y las dificultades para encontrar un empleo acorde con la formación recibida, pueden ser motivos de proliferación de los ninis. Adicionalmente, en determinados hogares con poder financiero, los jóvenes consideran tener su futuro asegurado por la posición económica de sus padres. Más allá de esto, lo cierto es que los ninis generan mayor dependencia económica dentro de los hogares. También implica que menos jóvenes se capacitarán con el ánimo de encontrar mejores empleos donde obtengan mayor ingreso, situación que contribuiría a incrementar la calidad de vida de sus hogares.
Gráfica 5. Jóvenes que no estudian ni trabajan en Bogotá, según sexo (%), 2007-2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
Finalmente, en el análisis de la desocupación, las cifras muestran que el tiempo de búsqueda de empleo en la ciudad para hombres y mujeres, aunque sigue siendo alto, ha presentado una importante mejoría en los últimos años. No obstante, conseguir un empleo en Bogotá se les facilita más a los hombres. Como se mencionó con anterioridad, se crean más nuevas plazas para estos y el tiempo de duración es de cerca de dos semanas para conseguir un empleo (menos que las mujeres). Desde 2012, la diferencia ha sido de 2 semanas y ahora en 2015 se logró reducir a una.
Gráfica 6. Semanas promedio búsqueda de empleo en Bogotá, según sexo (%), 2007- 2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
La tasa de ocupación femenina en Bogotá es la más alta del país
En 2015, había 1.977.846 de mujeres empleadas en Bogotá en distintas posiciones ocupacionales. Esta cantidad redundó en una tasa de ocupación anual de 58,9%, que además de ser inferior con respecto a 2014 (0,8 puntos porcentuales menos), es inferior respecto a la que tienen los hombres en la capital (72,5%).
En general, las tasas de ocupación de hombres y mujeres han crecido con el paso del tiempo y la diferencia entre las dos disminuye, pasando de 15,8 a 13,6 puntos porcentuales en los últimos ocho años.
La tasa de ocupación para las mujeres en Bogotá es la más alta del país dentro del grupo de trece ciudades principales, que en promedio registraron un nivel de ocupación del 53,8%. La ciudad con la menor tasa de ocupación femenina es Quibdó (41,7%), indicador que, junto con otras estadísticas, muestra la difícil situación social y económica de la capital del Chocó.
Gráfica 7. Tasa de Ocupación en Bogotá según sexo (%) 2007-2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
Mejora la calidad del trabajo de las mujeres en 2015, al igual que la satisfacción con el empleo actual
La creación de empleo en la ciudad está muy relacionada con la estructura productiva existente, la cual indica que la mayor generación de valor se da en los sectores de servicios, comercio, y en menor proporción, en la industria manufacturera. En efecto, la reflexión aquí expuesta tratará de analizar la calidad de esas nuevas plazas de trabajo en las que se empleó la mujer, en función de las ramas de actividad económica, la categoría ocupacional y la conformidad o no en la labor ejercida, entre otros aspectos.
La calidad del trabajo, cuantificada como la proporción de empleo asalariado sobre el total de ocupados, fue inferior en el caso de las mujeres, respecto a la de los hombres[4]. Mientras las mujeres ocupadas en la ciudad aumentaron la categoría de asalariadas de 54% a 55,3%, es decir 1,3 puntos; en los hombres el aumento fue de 2,1 puntos, pasando de 58,7% a 60,8%. En términos absolutos, 25 mil mujeres lograron empleos generados por las empresas particulares y por el gobierno, los cuales se encuentran regulados por la legislación laboral. Comparado con las treces áreas metropolitanas, el porcentaje de asalariadas en Bogotá supera en 4,7 puntos porcentuales el obtenido por las trece principales ciudades (50,6%).
Gráfica 8. Asalariados/as en Bogotá, según sexo (%) 2007- 2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
El principal sector donde se encontró empleada la mujer bogotana en 2015 fue el de servicios sociales, comunales y personales que empleó a 649.736 mujeres (cifra similar a la reportada en 2014). Los nuevos empleos generados fueron de 1.736 durante el año analizado. Esta rama de actividad representa 18,7% del Producto Interno Bruto de la ciudad y agrupa a sectores como la administración pública, educación, salud (tanto privada como pública), entre otras. Esas 650 mil mujeres representan el 32,9% del total de ocupadas en la ciudad, mientras que para el sector de comercio, restaurantes y hoteles la proporción de mujeres fue de 29%.
Los empleos en el comercio disminuyeron en 20 mil plazas, lo que significa una reducción de 3,4% en las mujeres empleadas del sector. Esta situación puede ser explicada por las menores ventas del comercio interno (-1,8% en 2015), las cuales estuvieron influenciadas por la reducción en la venta de vehículos y bienes importados. De la misma manera, la actividad de restaurantes, catering y bares también presentó una desaceleración en los ingresos operacionales (para el tercer trimestre de 2015 fue de 7,1%, la cifra más baja desde 2013) y en la variación del personal ocupado (3,7%, 5,3 puntos porcentuales menos que el mismo trimestre de 2014).
Respecto a la posición ocupacional, el 50,5% de las mujeres se desempeñó como obrera o empleada de empresa particular, aumentando 2,7% respecto a 2014, es decir, 26 mil mujeres más en esta categoría.
Adicional a lo anterior, a pesar de contar con un menor peso relativo dentro de las formas de ocupación, la categoría que mayor presentó variación positiva en 2015 fue empleada doméstica, la cual aumentó el número de empleos en 6,3%, es decir, 9.394 nuevas empleadas en otros hogares. En Bogotá hay 158.083 empleadas domésticas frente a 9.299 hombres que desempeñan esta misma labor. Sin lugar a dudas, el hecho de que socialmente se crea que las tareas de limpieza y mantenimiento del hogar son tareas propias de las mujeres, hace que tengan tan alta participación en esta posición, que contrario a lo que se cree, viene en aumento en los últimos años.
Gráfica 9. Participación de las ocupadas en Bogotá según posición ocupacional (%) 2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
Como contraste, las mujeres ocupadas en la categoría trabajadora cuenta propia presentaron una considerable disminución de 29.151 empleos, es decir, una variación negativa de -4,6%. Esta disminución tiene un impacto importante en la dinámica laboral y ocupacional de las mujeres, pues esta posición ocupacional representa el 30,2% del total de ocupadas en la capital.
Como es conocido, la formación académica y técnica, además de la experiencia, influye en la obtención de un empleo y en su remuneración. Según los datos, el 49,8% de las mujeres que tienen trabajo, cursaron solamente la secundaria frente al 62,1% de los hombres que estando ocupados tienen este mismo nivel educativo. El 16,2% de las mujeres son técnicas y solamente 11,4% cuenta con un estudio universitario. Ambos porcentajes, aunque bajos, son más altos si se comparan con los obtenidos por los hombres empleados (13,4% y 11%, respectivamente). Además de ser el nivel educativo más común entre las ocupadas, el nivel de secundaria también fue el que más creció con respecto a 2014 (7,7%). Estas cifras revelan los bajos niveles educativos que hay entre la mayoría de empleados en Bogotá, lo cual debe llevar al diseño de políticas que cualifiquen la mano de obra bogotana.
Pasando a otro tema relacionado con la percepción de su ocupación, del total de mujeres que se encuentran laborando, el 32,1% está inconforme con su trabajo. Este gran grupo engrosa lo que se considera como subempleo subjetivo[5]. Un resultado a mostrar en materia laboral en el último año es que el subempleo femenino cayó 1,7 puntos, lo cual significa que menos mujeres reportaron estar insatisfechas con su empleo.
En 2015, en la capital, cerca de 36 mil mujeres empleadas se encontraron más conformes con su ingreso recibido y 14 mil más con las horas laboradas diariamente. También disminuyeron las inconformes con las competencias de su labor, es decir, aquellas que manifestaban realizar una actividad no acorde a las competencias adquiridas (11 mil menos). Esta cifra no se reducía desde 2012.
En comparación con las trece ciudades principales del país, la diferencia aún sigue siendo considerable, pues, en promedio, la tasa de subempleo en mujeres de las trece áreas es de 29,5% para 2015, 0,2 puntos porcentuales superior a 2014.
Gráfica 10. Tasa de subempleo subjetivo en Bogotá, según sexo (%) 2007-2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
El ingreso laboral en la mujeres en 2015 disminuyó 0,5%
Aunque las mujeres con empleo en la capital se encontraron más conformes con su ingreso laboral, el cual, en el promedio mensual fue de $1.048.607, el incremento porcentual, en términos reales, fue negativo, cayendo 0,5% de un año a otro.[6] Este ingreso mensual fue menor en $301.476 al devengado por los hombres ($1.350.083). Igualmente, el ingreso percibido por los hombres cayó en mayor proporción (-3,2%).
Gráfica 11. Ingreso laboral en Bogotá, según sexo (miles de $) 2014 y 2015
Fuente: DANE – GEIH. Cálculos Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá
Conclusiones
Pese a la importante brecha estructural que aún existe entre hombres y mujeres, es preciso decir que Bogotá es la ciudad donde éstas tienen más acceso al mercado de trabajo, de mayor calidad y mejor remunerado. La capital del país es fuente de oportunidades laborales para muchas personas que no encuentran en sus lugares de origen soluciones a sus problemas económicos y de formación.
Esto guarda coherencia con las conclusiones presentadas por ONU Hábitat en el Índice de Prosperidad Urbana que construyó para las 23 ciudades colombianas[7]. En este informe, Bogotá obtiene el puntaje más alto en el subíndice de inclusión de género, que significa que en la capital hay un acceso más igualitario a la educación secundaria, hay más mujeres en la fuerza laboral y hay mayor número de mujeres en cargos de elección popular local.
En correspondencia, para el periodo comprendido entre 2011 y 2014, la situación de Bogotá respecto de la nación en lo referente al Índice de Desigualdad de Género (IDG)[8] muestra un mejor panorama respecto a la igualdad entre sexos. Aunque en los dos territorios hay una tendencia a disminuir el valor del indicador (muestra de mejoría en términos de igualdad), en el caso de la ciudad el descenso es más evidente pasando de 0,36 a 0,28, cerca de un 20% de reducción. Cuando se hace un análisis individual de los indicadores que componen el IDG, se encuentra que hay un comportamiento similar y que esta disminución tiene una contribución igualitaria desde las tres dimensiones de análisis.
Pese a las limitaciones, en la capital han sido claras las decisiones de las últimas administraciones a favor de la inclusión y la garantía de los derechos de las mujeres.
El desempleo es más alto en las mujeres que en los hombres, pero al interior del género femenino, las jóvenes son las que más padecen esta problemática (16,4%). Como una forma de contrarrestar esta situación, se debe consolidar la educación media y tecnológica para mejorar sus habilidades y capacidades. Sumado a lo anterior, no hay que olvidar el alto porcentaje de mujeres que ni estudian ni trabajan (21,6%), cifra que se constituye en un reto frente a la implementación de las políticas públicas, pues puede llegar al punto más alto de la serie, que fue de 25,9% en 2009.
El tiempo que las mujeres invierten buscando empleo se ha reducido de 27 semanas en 2009 a 17,2 en 2015. Aunque es un tiempo mayor al de los hombres (16,6 semanas), constituye una de las más importantes mejoras en el mercado laboral bogotano.
Finalmente, la mitad de las ocupadas laboran en empresa particular. Este dato es muy importante, pues demuestra el rol principal que ha jugado el sector privado en el desarrollo económico de la ciudad. La función pública también ha contribuido a esta cifra, a través de agencias públicas de empleo operadas por entidades nacionales y distritales (SENA, Ministerio del Trabajo, Secretaría de Desarrollo Económico) las cuales operan como intermediadoras laborales entre los empresarios y las personas que buscan trabajo.
[1] De acuerdo con los estándares de la Organización Internacional para el Trabajo –OIT, se considera como edad para trabajar a las personas mayores de diez años para el caso de las áreas rurales y a las mayores de doce en las áreas urbanas.
[2] Es la relación porcentual entre la población económicamente activa y la población en edad de trabajar. Este indicador refleja la presión de la población en edad de trabajar sobre el mercado laboral. Información disponible en http://www.dane.gov.co/index.php/mercado-laboral/segun-sexo
[3] El término nini equivale al acrónimo en inglés NEET, para la expresión not in employment, education or training (ni trabaja ni estudia ni recibe formación).
[4] La medición de empleadas asalariadas indica por metodología que estas surgen de la sumatoria de las obreras y empleadas de empresa particular y las obreras y empleadas del gobierno. Las otras categorías ocupacionales se consideran, en esta forma de medición, como no asalariados.
[5] El DANE clasifica al subempleo en objetivo y subjetivo. El primero hace referencia a aquellos trabajadores que tienen el deseo y han hecho alguna gestión para cambiar de empleo. El subempleo subjetivo se refiere al simple deseo manifestado por el trabajador de mejorar sus condiciones laborales.
[6] El Ingreso laboral del año 2015 y 2014 fue deflactado con los resultados del IPC total de Bogotá.
[7] En 2013, Findeter, la Ciudad de Bogotá (a través de la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico), la Agencia Presidencial para la Cooperación Internacional – APC, y la CAF Colombia suscribieron un acuerdo de cooperación con ONU-Habitat para aplicar en el país el Índice de Prosperidad de las Ciudades (IPC). Este informe se puede consultar en: http://goo.gl/6HIHVF
[8] El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD ha desarrollado un índice denominado Índice de Desigualdad de Género-IDG, el cual refleja la desventaja basada en el género desde tres dimensiones: salud reproductiva, empoderamiento y mercado laboral. Tomado de: Secretaría Distrital de la Mujer. Informe de Gestión 2013-2015, p. 35.
Con motivo de la conmemoración del día de la mujer trabajadora y los avances logrados por ellas, el Observatorio de Desarrollo Económico de Bogotá y la Secretaría Distrital de la Mujer, presentan por medio de esta nota editorial, el panorama y los avances del mercado laboral en la capital durante 2015, considerando como fuente de información la Gran Encuesta Integrada de Hogares –GEIH– aplicada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística –DANE.